madrid. El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, anunció ayer que España impondrá una moratoria de dos años a la libre circulación de los trabajadores rumanos y búlgaros, cuyos países se integrarán en la Unión Europea el próximo 1 de enero.

Moratinos consideró que España tiene “una política muy clara” en este tema y destacó que aplicará las mismas medidas que adoptó para los últimos diez países miembros que se adhirieron a la UE.

“Luego, de manera natural y normal, levantamos la restricción a la libre circulación de personas, a los dos años, y fue celebrado tanto en Polonia, como en Hungría y en otros países de Europa del Este y Central”, recordó.

Moratinos explicó que el Reino Unido, ante la ampliación de la UE a los diez últimos Estados miembros, apostó por la libre circulación, mientras que ahora planea aprobar restricciones; “es el Reino Unido el que ha cambiado de posición, no España”, apuntó.

Tras señalar que hay “casi 500.000 rumanos” trabajando legalmente en España, manifestó que estos inmigrantes “ya gozan de unos acuerdos bilaterales muy favorables” y se mostró convencido de que “no habrá dificultad para seguir trabajando de forma bilateral” con Rumanía.

indecisión El ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera, dijo ayer que el Gobierno todavía no ha tomado “ninguna decisión” sobre las limitaciones a la entrada de búlgaros y rumanos, aunque abogó por la flexibilidad. “Hay que hacer algo flexible, ya que hay que proteger nuestro mercado laboral pero estableciendo los mecanismos de flexibilidad necesarios para cuando se necesite mano de obra”, indicó.

El ministro insistió en que el Ejecutivo ha iniciado un período de consultas con los agentes sociales y con otros miembros de la UE y, por lo tanto, “no tiene cerrada una decisión”. Pese a todo, Caldera reconoció que es posible adoptar una moratoria, como solicitan los sindicatos y la patronal, aunque esta medida sólo podrá ser aplicada a aquellos trabajadores que soliciten un permiso de trabajo.

libertad La Comisión Europea recordó ayer que la libre circulación de la mano de obra supone un “beneficio” para la UE, pero que los Estados miembros son libres de decidir moratorias a la entrada de trabajadores de Rumanía y Bulgaria.

Antonia Mochan, una portavoz de la Comisión, recordó que un estudio elaborado por Bruselas mostró los elementos positivos de la entrada de diez nuevos países en la UE en mayo de 2004 allí donde se autorizó su libre circulación.

En Madrid, el ministro de Comercio de Rumanía, Iulin Winkler, afirmó que espera que la realidad demuestre que no tienen fundamento las preocupaciones de España y añadió que confía en que no se cumpla el plazo de dos años para admitir a ciudadanos rumanos. >efe