Un grupo de 144 gambianos que habían sido deportados por las autoridades españolas causó ayer destrozos en el aeropuerto de Banjul, situado en la capital del país africano. A su llegada, los subsaharianos deportados rompieron sillas, ventanas y aparatos de aire acondicionado en protesta por su repatriación.

«Nos aseguraron que del centro de internamiento nos iban a trasladar a Madrid y a Amsterdam. Nadie nos dijo que podíamos ser repatriados», señaló Amadou Garra, uno de los jóvenes devueltos en un vuelo a la capital del país africano. Las autoridades de Gambia esperan la llegada de otro avión con 163 personas más mientras que otros 103 gambianos han sido detenidos recientemente en aguas marroquíes.

Este incidente se suma a la larga lista de altercados producidos en las repatriaciones de subsaharianos. Aunque finalmente se ha deportado a 4.681 senegaleses, las expulsiones a este país no comenzaron con buen pie. La primera repatriación acabó como el rosario de la aurora, ya que los inmigrantes denunciaron que habían viajado engañados y esposados. El Gobierno de Dakar suspendió bruscamente las repatriaciones y acusó a España de vulnerar los Derechos Humanos de sus compatriotas.

También se han producido numerosos conflictos con Guinea – Bissau. En ocasiones, los agentes se han encontrado el aeropuerto cerrado, aunque tras intensas gestiones, finalmente los inmigrantes han sido aceptados. Otras veces los aviones se han tenido que dar la vuelta, ante el rechazo de las autoridades del país africano y en otras ocasiones, el avión ni tan siquiera ha logrado despegar de Barajas.