El Gobierno francés promete mano dura con los asaltantes del autobús de Marsella
Villepin pide a testigos del incendio que declaren ante el juez para hallar a los atacantes
La Vanguardia, 31-10-2006Terminada la reunión de crisis sobre la seguridad en el transporte, Villepin y Sarkozy se comprometieron a encontrar a los incendiarios del autobús de Marsella – una joven resultó con graves quemaduras- y pidieron a la justicia mano dura con los alborotadores de los barrios periféricos de las ciudades francesas.
- Afp y Reuters. PARÍSEn Clichy-sous-Bois, un muchacho fue herido de gravedad en un ojo por el impacto de una pelota de goma policial
El Gobierno francés se comprometió ayer a detener a los autores – tres o cuatro muchachos- del incendio de un autobús en Marsella, en el que una joven resultó con quemaduras de gravedad . El compromiso fue adoptado en una reunión urgente y monográfica sobre la seguridad en el transporte público. “Pido sanciones ejemplares y, créanme, los encontraremos”, declaró el titular de Interior, Nicolas Sarkozy. El primer ministro, Dominique de Villepin, advirtió: “Todos aquellos que participen en un guet-apens (emboscadas) podrán ser, en adelante, perseguidos y sancionados”.
Además, anunció la generalización de vídeos de vigilancia en los autobuses, pidió a la justicia severidad contra los autores de estos ataques e instó a los testigos del incendio de Marsella a acudir a declarar ante los jueces, indicando que podrían hacerlo bajo garantía de anonimato. El dramático hecho ocurrió en el contexto de las acciones violentas en los suburbios de las ciudades francesas en el primer aniversario de la revuelta de las banlieue.
Ambos ministros habían asistido a la citada reunión de crisis, cuyo fin era estudiar la situación y examinar los medios necesarios para afrontarla. En el encuentro participaron el ministro de Transportes, Dominique Perben, y presidentes de las empresas públicas de trenes, metros y transportes.
Mama Galledou, la estudiante de origen senegalés que sufre quemaduras en el 60% del cuerpo, ayer se hallaba en un coma artificial. Curiosamente, su ciudad, Marsella, se libró de disturbios de importancia el año pasado. En la cuna de los choques del 2005, Clichy-sous-Bois, cerca de París, otro joven sufre las consecuencias de la violencia. Ayer se supo que un chico de 16 años resultó herido en un ojo por una pelota de goma lanzada por la policía en una algarada. La familia y los agentes ofrecen versiones opuestas de lo ocurrido. En total, la pasada semana nueve autobuses fueron atacados e incendiados en barrios periféricos de grandes urbes. Las autoridades intentaron controlar el orden desplegando unos cuatro mil policías de refuerzo de los de servicio.
Yen Marsella, la ciudad en la que toda Francia tiene los ojos puestos dada la importancia en ella de la inmigración, una treintena de investigadores busca a los asaltantes del bus. Su incendio con pasajeros en el interior ha tenido una gran repercusión. La prensa le dedica un amplio despliegue con imágenes de la carcasa del vehículo incendiado. Y en una peligrosa deriva de tomarse la justicia por su cuenta, una federación de usuarios del transporte público ha ofrecido una prima de dos mil euros a cualquier ciudadano que aporte datos reales que faciliten el arresto de los asaltantes.
El grave suceso ha incidido también en el terreno electoral. La oposición de izquierda acusa a Sarkozy de “ser ministro a tiempo parcial” para consagrarse a su campaña presidencial. Los socialistas responsabilizan de la falta de seguridad al Gobierno y al responsable de Interior. Precisamente a Sarkozy, que ha hecho de la seguridad su bandera política. La derecha replica que los socialistas permitieron también explosiones de la delincuencia.
Respecto a la situación general, el ministro del Interior estima que “aparte del dramático crimen de Marsella, de momento hay calma y no hay riesgo de contagio”. “El paro, las discriminaciones, el racismo, la injusticia no son excusa para prender fuego a un autobús”, agregó, en unas palabras que po
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