Juan Manuel Pardellas
Las Palmas de Gran Canaria

Claro que caben más habitantes en estas islas. Caber, lo que se dice caber, hasta el doble y el triple. La pregunta no es ésa. Tampoco basta con desear que no vengan, porque lo seguirán haciendo, no a cientos, sino a miles. La respuesta de Frontex a la crisis de los cayucos es sólo circunstancial. Analicen lo dicho cuando se ha auxiliado a 27.000 africanos e imaginen qué ocurrirá cuando sean 100.000, que lo serán. Y de la Europa de los 25 también; y de Asia, también y de América Latina, qué quieren que les diga que ustedes ya no sepan. Lamentable y triste que salgan unos miles de personas a la calle reclamando una ley de residencia, aunque inaudito que lo hagan mientras corean No a la xenofobia. En casos así, no basta con contar lo que ocurre, sino explicar por qué sucede. Objetivamente, lo de este domingo en Tenerife fue una manifestación tan pulcra como una bata blanca, tan respetuosa que resultó un insulto a Mateo López, a los convocantes y al propio manifiesto y un fracaso que debería hacer reflexionar sobre el nulo poder de convocatoria que tuvieron los medios que jalearon la marcha. Pero no se llamen a engaño. El miedo que le entró a los nacionalistas hizo que Coalición Canaria los asfixiara, la lluvia los retrayó y los que pensaban de otra manera (PSOE, sindicatos, asociaciones de inmigrantes y ong) esta vez gritaron más. Realmente, la marcha constituye un gravísimo punto de inflexión, el nacimiento de un monstruo alimentado por los dos últimos gobiernos canarios. Aunque no lo demostraron, los medios de comunicación que lo alimentan sí tienen gran influencia sobre decenas de miles de personas de las islas. Los que intenten venderlo como un éxito, mentirán, pero regodearse en este fracaso sería un gravísimo error. Siguen siendo miles los que creen que la isla se hunde, y no de vergüenza precisamente, los que dominan términos como capacidad de carga. Lo ocurrido tampoco debería interpretarse como la primera victoria socialista en el feudo histórico de ATI. Reclamo pedagogía al poder político. Esto se les ha ido de las manos. Ni esperen a mayo, ni se escondan.