Carlos Robles Piquer: «No debemos olvidar que fuimos pobres»

La Razón, 30-10-2006

- Presenta ahora su libro «Europa y el drama de África» (Taurus). El drama
está claro: hambrunas, guerras, corrupción, enfermedades…
    – Y a todo eso se debe añadir la fragmentación territorial en estados
poco viables. África está mal dividida. Todo se hizo a partir de pactos y
decisiones de las cancillerías europeas en el XIX. Y se hizo mal.
    – Quizá lo peor sea que nos hemos acostumbrado a ver África como una
perenne mala noticia…
    – Sí, pero no tiene porque ser siempre así.
Hay algunos países que han mejorado.
    – ¿Europa es culpable del
drama africano?
    – En su origen, sí, por el hecho colonial, que a
veces fue depredador y de una enorme crueldad. En otros casos supuso algún
acceso a la modernidad.
    – Dice Kapuscinski que los siglos de
humillación, desprecio y sufrimiento han creado un complejo de
inferioridad y un sentido del daño jamás reparado que aún anida en el alma
africana…
    – Sí, eso está en la gran mayoría. Y quienes no tienen
ese complejo y están algo preparados, se van de África. La sangría de la
huída es continua.
    – ¿Cree que al español de a pie, que acaba de
regresar de un puente y se prepara para otro puente, le importa algo lo
que pasa en África?
    – Que le importe o no depende de los medios.
Si éstos transmiten el drama, el español se siente inclinado a ayudar,
incluso a ofrecer su vida, como ha ocurrido en algunos casos.
    – Creen
que es cosa de las ONG, de los misioneros…
    – Es cosa de todos.
Hemos pasado de ser un país que recibía ayudas a un país que ayuda. No
conviene olvidar que fuimos pobres y emigrantes.
    – Se denuncia la
falta de voluntad política de solucionar el hambre…
    – Y es
posible que así sea. Pero Europa tiene conciencia del problema africano,
aunque esto no quiere decir que ponga todos los medios necesarios. Las
ayudas dependen de cómo marche la economía de la UE.
    – Pero
ahí está el actual drama de Sudán (guerra y miseria) y lo que tarda la ONU
en tomar una decisión…
    – La situación de Sudán es ahora el
problema más grave de África. La ONU es muy complicada y no siempre
eficaz. En este caso es lentísima.
    – Habla en su libro de
establecer democracias en África…
    – Todavía no hay muchos
países preparados, pero hay más que hace 20 años. Y un tercio que ya son
democracias. Quizá no muy perfectas, pero…
    – Existe la idea de
que las ayudas siempre van a parar a los bolsillos de los políticos
corruptos…
    – No ocurre siempre. Inhibirse por eso es buscar un
pretexto para no ayudar.
    – ¿El drama de África tiene solución o…?
    – Tiene posibilidades de mejora, no de arreglo en un plazo corto. Y no hay
que olvidar que nuestra estabilidad está amenazada por su inestabilidad.
    – Ahí están los cayucos, que siguen llegando…
    – Europa precisa de algo que no tiene: una política inmigratoria común.
Los países emisores deben recibir advertencias serias y ayudas eficaces.
    – Esa invasión pacífica, ¿ayuda a entender a África o producirá rechazo?
    – Las dos cosas. El sentimiento de rechazo es aún débil. Creo que el español
es poco racista, pero nos encontramos ante un fenómeno nuevo.
    – Ya: no fuimos racistas mientras estábamos solos…

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