Agencias

MARSELLA – El ministro del Interior de Francia, Nicolas Sarkozy, ordenó
ayer el envío de más policías antimotines a la ciudad portuaria de
Marsella después de que un grupo de adolescentes incendiase un autobús e
hiriera de gravedad a una de las pasajeras. La Policía esperaba un
resurgimiento de la violencia callejera este fin de semana, al
conmemorarse el viernes el primer aniversario de la oleada de disturbios
protagonizada el año pasado en barriadas pobres donde se concentra la
mayoría de los inmigrantes.
El viernes ya se produjeron algunos
hechos aislados de violencia, pero los sucesos más graves sucedieron el
sábado de madrugada con el ataque al autobús en Marsella. Un grupo de tres
o cuatro adolescentes asaltó el autobús y le arrojó una botella con
líquido inflamable antes de huir, informó la Policía, que recogía el
relato de algunos testigos. El vehículo se incendió de manera inmediata y
una mujer de 26 años sufrió quemaduras de segundo y tercer grado en
brazos, piernas y rostro. Otras personas debieron ser atendidas por
inhalación de humo.
El presidente de la República, Jacques
Chirac, se dirigió telefónicamente a la familia de la joven, y el primer
ministro, Dominique de Villepin, condenó los ataques y convocó una reunión
para hoy con la intención de tratar la seguridad en el transporte público.
La oficina del ministro del Interior manifestó que el Gobierno ha enviado
dos unidades más de policías antimotines a Marsella. Los disturbios del
año pasado, que se extendieron durante tres semanas, estuvieron provocados
por la falta de igualdad de oportunidades denunciada por muchas minorías,
especialmente árabes, ciudadanos de raza negra y los cinco millones de
musulmanes que viven en Francia.