C. MORCILLO / E. CALVO

MADRID. La ofensiva diplomática con generosas dádivas de por medio, el control «por tierra, mar y aire», pero sobre todo los traslados a la Península han logrado lo que parecía imposible hace un mes y medio: dejar los centros de internamiento canarios casi vacíos. Esta semana albergan a unos 1.300 inmigrantes cuando durante el verano han llegado a tener entre sus paredes o sus carpas provisionales a casi 9.000 personas.

El Gobierno se ha visto obligado a trasladar a la Península a miles de «sin papeles» en vuelos que siguen rodeados de polémica. Las comunidades del PP se quejan de que la información no es suficiente, tal y como se pactó en su día tras el llamado «plan Caldera» y argumentan, además, que son precisamente las que reciben a la mayoría de los inmigrantes. El Ejecutivo sostiene que los lugares de destino están condicionados por la existencia o no de centros de internamiento, pese a que para muchos de los clandestinos trasladados el paso por los centros es un mero trámite. Entre el 1 de enero y el 13 de octubre se ha trasladado a 19.010 inmigrantes desde Tenerife, Fuerteventura, Las Palmas, y en menor medida El Hierro y La Gomera, a seis ciudades de la Península. Madrid bate todas las marcas porque a esta Comunidad han llegado 12.157 subsaharianos. Muy de lejos le siguen Málaga (3.014), Murcia (1.452), Barcelona (1.114), Valencia (1.007) y Algeciras (266), según datos de Interior a los que ha tenido acceso ABC.

El Gobierno ha tenido que echar mano de todos los recursos y crear otros para poner freno a la inmigración irregular (han llegado cerca de 30.000 personas sólo a Canarias). Paralelamente a los envíos a la Península – que obligaron a tirar del fondo de contingencia para financiarlos – se han incrementado las repatriaciones a países africanos con los que no existe convenio y que no reconocían a sus nacionales. Así, según el Gobierno, en el último mes y medio se ha repatriado a más de 4.000 senegaleses, tras ser identificados por policías de su país. Sólo para repatriaciones, una de las cuatro modalidades que prevé la ley de Extranjería para expulsar a ilegales, Interior ha fletado más de 250 vuelos. El coste de estas operaciones no ha trascendido.

Las llegadas continúan, aunque con freno. Después de más de veinte días de relativa calma ha vuelto a reanudarse el goteo de cayucos. Ayer un velero francés localizaba el quinto cayuco del mes, que navegaba a unas 430 millas al sur de Gran Canaria. El encargado del rescate fue un mercante, ya que en ese momento no se disponía de ninguna embarcación de Salvamento Marítimo por la zona. Fuentes de esta institución no pudieron precisar anoche el número exacto de inmigrantes rescatados, aunque podría acercarse al centenar.

Los que ayer llegaban a tierra eran los 86 sin papeles rescatados el sábado por el buque hospital «Esperanza del Mar». Todos se encontraban en buen estado, y al parecer viajaban entre ellos nueve menores. Uno de ellos no esperó a llegar al centro de internamiento para preparar su fuga. Ya en el tinerfeño Puerto de los Cristianos, el individuo aprovechaba la confusión del momento para burlar los dispositivos y huir del grupo, según informó la Delegación del Gobierno.