El símbolo religioso más llamativo

El Mundo, 30-10-2006

SOHA ABBOUD-HAGGAR

El uso del velo, del hiyab o de cualquier otra prenda que se ponen las mujeres musulmanas para taparse el pelo, el cuello y las partes más atractivas del cuerpo, como los pechos y las piernas, se debe a la imposición contenida en algunos versículos del Corán y en su exégesis de que la mujer tiene que cubrirse para no provocar la lascivia masculina y preservarse para quien se una con ella por medio de un contrato de matrimonio.


Aunque en principio el velo no tiene relación con la espiritualidad, se ha convertido en el indicativo más aparente del grado de religiosidad en las sociedades musulmanas y en un elemento de propaganda de sus regímenes. Unos imponen su uso incluso más allá de lo estrictamente estipulado, otros lo impulsan con medidas estudiadas para satisfacer a ciertos estamentos y otros, que se proclaman laicos, lo impiden taxativamente.


En las sociedades donde el islam es minoritario – como es el caso en Europa – , la autoridad religiosa local ejerce ese papel regulador.Voluntariamente o por imposición social o política, la mayoría de las musulmanas se siente más cercana a las enseñanzas de su religión usando este tipo de prendas, lo que fomenta cualidades tan valiosas como la rectitud, la bondad y la religiosidad.


Ahora bien, cuando esta forma de vestir llamada islámica se impone a las niñas para ahogar toda posible reacción contraria a esta tradición – muchas veces férreamente manejada por las madres – o cuando se convierte en un mero distintivo de confrontación con Occidente y sus costumbres – vistas como síntesis de corrupción y de libertinaje – , el atuendo se convierte en una barrera infranqueable, porque impide la libre elección y la incorporación al engranaje de las sociedades europeas, donde la mujer no necesita velarse para ser respetada.


Por eso parece conveniente alejar a las niñas en edad escolar de la más que probable imposición familiar del velo, para que puedan construir su sentido crítico entre amigos y amigas de su misma condición y luego ser capaces de elegir lo que más les convenga. Éste es su derecho como ciudadanas de una sociedad libre. Respeto y libertad son valores irrenunciables de todas las mujeres, tanto de las que optan por el velo como una forma más ortodoxa de vivir su religión, como de las que eligen vivirla integrándose en sociedades donde la moda y el gusto personal deciden el atuendo femenino.


Soha Abboud – Haggar es arabista y profesora del Departamento de Estudios Arabes e Islámicos de la Universidad Complutense de Madrid.

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