Sarkozy no da cifras de los disturbios para evitar un efecto contagio

La Voz de Galicia, 29-10-2006

Aunque para el Ministerio del Interior la noche del viernes fue de «relativa calma», dos autobuses y 277 coches fueron incendiados en los suburbios franceses, la mitad en la periferia parisina. Los detenidos superaron el medio centenar. Son datos oficiosos, porque el departamento que dirige Nicolás Sarkozy se niega a dar cifras para evitar un efecto de contagio que pudiera provocar disturbios generalizados como hace un año.


A pesar de los cuatro mil policías desplegados para reforzar la vigilancia en los barrios más sensibles, volvieron a producirse incidentes. Seis agentes resultaron heridos en distintos enfrentamientos con grupos de jóvenes. Otros tres acabaron en el hospital ayer por la mañana, tras ser acosados por decenas de encapuchados en Grigny, la localidad donde el domingo pasado fue incendiado un autobús. La calma volvió a primera hora de la tarde.

También en este departamento de Seine – Saint – Denis, próximo a la capital, dos autobuses fueron desalojados e incendiados el viernes según una táctica de comando que tiene desconcertada a la policía: un objetivo diferente, un método perfectamente planificado y la aparición de las armas de fuego para intimidar a conductor y pasajeros.

Las doce líneas de autobús que atraviesan esta zona han sido suspendidas.

Clichy – sous – Bois, la localidad donde los dos adolescentes murieron electrocutados huyendo a la policía, se mantuvo casi en calma pero también ardieron coches.

El número de vehículos incendiados fue superior a la media habitual, entre 70 y 100 diarios, pero la cifra no se aproxima ni de lejos a las peores noches de hace un año, cuando llegaron a alcanzarse los 1.400.

Asociaciones humanitarias y responsables policiales coinciden en sus críticas al papel de los medios de comunicación. En un comunicado, SOS Racismo denuncia la «actitud malsana» de la prensa que se despliega en los barrios para «mostrar siempre las mismas imágenes» de coches quemados, olvidando a «los habitantes que buscan soluciones y se pelean con las ideas para cambiar las cosas».

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)