«Un pacto CiU-PSC provocaría la asfixia de Cataluña y la anulación de la sociedad civil»
Josep Piqué / Candidato del PP a la Generalitat
La Razón, 29-10-2006barcelona – El PP de Cataluña quiere tener responsabilidades de gobierno en
Cataluña a partir de las elecciones autonómicas del 1 – N y por ello, su
candidato, Josep Piqué, ha realizado una campaña en la que se ha
desmarcado del resto de las formaciones y ha incidido en lo que denomina
problemas reales de los ciudadanos como la seguridad, inmigración,
vivienda y cuestiones económicas. El reto será mantener o aumentar sus
actuales quince escaños en el Parlament catalán.
– ¿Cómo
convencería tanto a las personas que le apoyan en las elecciones generales
pero no en las autonómicas y a las que nunca le han votado ?
–
Hay dos motivos básicos. El primero sería que es imprescindible que
Cataluña cambie su manera de hacer política. Tenemos que abandonar debates
estrictamente políticos, relacionados sólo con el reparto del poder. Todo
ello tiene que cambiar para pensar en los problemas de los ciudadanos.
Hemos incidido durante esta campaña en cuestiones como la inmigración, la
seguridad, la vivienda o los problemas económicos. El segundo motivo sería
que todo lo que afecta la vida cotidiana de los ciudadanos, la educación,
la sanidad, el transporte, la vivienda o la asistencia social, son
competencias de la Generalitat. Estos comicios son muy importantes, se
decidirán las políticas del día a día. Los que piensan lo contrario o no
se sienten involucrados, tendrían que reflexionar e ir a votar.
– Usted visitó recientemente un barrio marginal de Badalona y allí casi
nadie sabía que ahora hay que ir a votar. ¿Existen muchas más zonas en
Cataluña a las que las elecciones autonómicas les suene como algo muy
lejano y extraño ?
– Después de 23 años de gobierno de CiU y de
tres años de tripartito, pero también después de 27 años de gobiernos de
izquierdas en los ayuntamientos, no ha existido una voluntad real de
integrar a sectores de la ciudadanía de Cataluña dentro del juego
político. Ha sido un grave error, todo han sido intereses partidistas,
pero al final lo que tenemos es descohesión social, marginalidad, como la
que vimos en Badalona. Creo que eso es parte importante de la Cataluña
real, muy alejada de esa Cataluña virtual que se presenta desde el poder
político.
– Hablemos de lo que pueda suceder a partir del 1 – N.
¿Qué opinaría de una reedición del tripartito y qué significaría para
Cataluña? – Tras la experiencia de estos tres años, significaría reiterar
los mismos errores. Montilla ahora dice que las condiciones deberían ser
diferentes, pero es que los partidos serían los mismos, y sus
comportamientos políticos también. Sería un gobierno con una formación tan
contraria a lo que necesita Cataluña como es ICV, que es contraria al
Cuarto Cinturón y a la interconexión eléctrica con Francia, un gobierno
con ERC, que hemos visto que es una fuerza inmadura sin vocación real de
gobernar ni sentido institucional. Todo ello tendría consecuencias muy
negativas. Además, hemos visto cómo a la hora de la verdad el PSC se ha
concentrado mucho más en cuestiones identitarias que no en políticas
sociales. Esta reedición acentuaría la decadencia y el desprestigio de
Cataluña de los últimos tres años.
– ¿ Cree que
Montilla paralizaría el giro nacionalista del PSC ? – Eso es lo que dice,
ahora su campaña gira en torno a recuperar sus orígenes andaluces,
distanciándose del tripartito, pero cabe recordar que lo suscribieron
tanto él como Joan Puigcercós (ERC). Montilla ha ido apoyando todo lo que
se ha hecho en estos tres años. Sobre estas cuestiones, Montilla tiene una
credibilidad limitada.
– Otro posible escenario es la
«sociovergencia», el pacto CiU – PSC.
– La «sociovergencia»,
que algunos piensan que daría estabilidad, provocaría que el nivel de
asfixia de la sociedad fuera muy elevado, irrespirable. La poca autonomía
que le queda a la sociedad civil catalana respecto al poder político
quedaría reducida a cero. No es lo que necesitamos. Cataluña se ha hecho
próspera con una sociedad civil dinámica y autónoma respecto al poder
político.
– Queda el pacto nacionalista, CiU y ERC
– Todo el mundo estará de acuerdo en que en los últimos años los debates
políticos en Cataluña se han centrado excesivamente en la reivindicación
de los contenidos identitarios, en la confrontación con el resto de España
y con el Gobierno, por lo que un gobierno de estas características,
teniendo en cuenta que ahora en España manda el PSOE, acentuaría todos
estos defectos, nos alejaría de lo que realmente nos interesa, que es la
gestión de los auténticos problemas.
– ¿ Descartan pactos
puntuales con CiU, incluyendo la investidura ?
– Lo descartamos. Lo
que queremos es gobernar, tenemos un programa muy elaborado que no se
pierde en definiciones genéricas ni conceptuales. No apoyaremos la
investidura de Mas sin la contrapartida de la responsabilidad de gobierno.
– Sólo apoyarían a Mas entrando en el gobierno y con consejerías.
– Sí.
– En esta campaña se ve a un Piqué más
relajado y seguro de sí mismo que en las últimas autonómicas
– Eso es la experiencia (ríe).
– Veo muchas
diferencias entre su campaña y las de los otros partidos.
–
Usted sabe que estoy defendiendo una nueva manera de hacer política,
porque no me explico este alejamiento entre ciudadanos y políticos, es
algo muy preocupante. He pedido a las otras formaciones que hablen de los
problemas reales, pero, lamentablemente, el nivel intelectual de la
campaña no es el que a mí me gusta, se habla de notarios, de vídeos, de
carnés por puntos con criterios desconocidos de catalanidad para
inmigrantes, pero, y no por culpa nuestra, nadie habla de la seguridad
ciudadana.
– Podría comentar uno por uno la campaña de los otros
candidatos.
– Mas tiene un grado importante de arrogancia y
prepotencia, que incluso le lleva a dudar de las reglas del juego. Es un
candidato que dice que si hay una mayoría en el Parlament puede ser legal
pero no legítima porque él no es el presidente de la Generalitat. Sólo
acepta las reglas del juego democrático cuando a él le va bien. Eso es
inquietante. Respecto a Montilla, hemos visto al Montilla más tópico, no
transmite ninguna ilusión y no expresa ninguna de sus prioridades, tampoco
moviliza a su electorado, y con un balance de gestión que elementos
externos están publicitando, me refiero a los expedientes abiertos por las
instituciones europeas por las actuaciones del Montilla ministro y el
descalabro que ha provocado en el sector energético. Los hechos no le
avalan, pese a su lema electora. Carod ha querido realizar una campaña de
perfil suave, buscando algo que les fue muy bien, la equidistancia con CiU
y PSC, pero al final se ha encontrado con una CiU prepotente y con unas
bases que quieren reeditar el tripartito. Saura se dedica a cultivar su
jardín, con eficiencia, pero si se llevan a la práctica sus ideas,
Cataluña tendría un retroceso histórico espectacular.
– De todos los escenarios que hemos dibujado tras el 1 – N, ¿cuál sería el
preferido y el menos preferido para el presidente del Gobierno?
– Zapatero desea la «sociovergencia», porque su objetivo después de
cargarse a Maragall y traicionar a quien se le ponga delante es ahora
traicionar al PSC y eliminar su autonomía respecto al PSOE. Además, quiere
garantizarse un aliado de cara al futuro, pensando en las generales.
Probablemente, el que menos le puede gustar es cualquier gobierno sin
participación socialista.
– Centrémonos en el programa del PP.
Los ejes son vivienda, seguridad e inmigración. ¿Qué ganaría Cataluña si
su partido gobernara?
– Ganaría clara voluntad de gestión,
concentración en solucionar problemas y no generarlos. La inmigración
durará muchos años y tenemos que abandonar ciertos debates. Se tiene que
ser eficiente con un fenómeno que nos puede desbordar. Es una cuestión muy
importante, y lo mismo se puede decir de la vivienda y la seguridad.
Tenemos que abandonar las políticas de fachada y centrarnos en una
política de seguridad que no busque la fotografía y el impacto de
inauguraciones de comisarías. En la vivienda también ha habido mucha
fachada y promesas, con pocas realidades.
– También está incidiendo
en la educación y la presencia del castellano en las aulas. ¿ Está
perseguido este idioma en Cataluña?
– En la calle la
convivencia lingüística es ejemplar. Pero sí que se generan desde la
política. El mismo Estatut es un ejemplo de la voluntad de imponer un
monolingüismo en la Cataluña oficial y pública, incluyendo el sistema
educativo. Eso es un error. El castellano no puede ser sólo una asignatura
de dos horas semanales, eso es contrario a nuestros intereses. Planteamos
la conveniencia de las clases de y en catalán, pero lo mismo con el
castellano, e incluso con el inglés.
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