PRIMER ANIVERSARIO DE LA REVUELTA. La tensión aumenta en las ´banlieues´ HASSAN BEN M´BAREK, portavoz de Banlieues Respect

"La discriminación pone en peligro la cohesión del país"

La Vanguardia, 27-10-2006

LL. URÍA
Hassan M´Barek preside una de las numerosísimas asociaciones surgidas en las barriadas de las periferias urbanas de Francia, Citoyenneté et Démocratie (Ciudadanía y Democracia). Y desde hace un año es portavoz de Banlieues Respect, un colectivo que agrupa a 160 organizaciones y que nació como respuesta cívica a la revuelta del año pasado. Sus reivindicaciones no han cambiado.

- Hace escasos días usted y otros dirigentes asociativos de barrios fueron recibidos por el primer ministro, Dominique de Villepin…

- Cuando nos recibió hace un año, le pedimos dos cosas: que la policía tratara de usted a los jóvenes en los barrios – y a la inversa, naturalmente- y que se aprobara una ley para la inscripción obligatoria en el censo electoral. En Francia hay tres millones de personas que no están inscritas y no votan. Ahora hemos vuelto a pedir lo mismo.

- ¿Nada ha cambiado entonces?

- Ha habido algún cambio, pero no mucho.

- ¿Por qué es tan importante que la policía trate de usted a los jóvenes?

- Si no hay respeto, no se puede construir nada positivo en los barrios.

- ¿A qué se debe esta relación problemática entre la policía y los jóvenes de los barrios?

- Hay una presión policial sorprendentemente alta y la situación es muy tensa. Parece que alguien tuviera interés en fomentar los problemas.

- ¿Con qué fin?

- En busca de una derechización del electorado.

- ¿Echa de menos la policía de proximidad?

- La policía de proximidad era un buen modelo. Establecía un vínculo con la población.

- ¿Cree que puede repetirse una revuelta como la del pasado otoño?

- Tengo 41 años. Cuando tenía 17 o 18 participé en la marcha por la Igualdad y contra el Racismo de 1983. Nadie de los que estuvimos allí hemos tenido la menor promoción política o social. En estos años se han hecho cosas, pero no suficientes. Hay una nueva población, de origen extranjero y nacionalidad francesa, que no para de crecer. Es un reto político de primer orden. Los poderes públicos deben luchar contra la discriminación, porque nos jugamos la cohesión de este país.

- ¿Está a favor de la discriminación positiva en favor de las minorías?

- Es complejo. A título personal estoy a favor, pero su aplicación puede comportar problemas. La República sólo reconoce a ciudadanos. Pero es igualmente cierto que hay una ley de paridad en beneficio de las mujeres y que los ciudadanos de la isla de Córcega tienen un estatus especial. La discriminación positiva puede ayudar a corregir algunas disfunciones. Las leyes son necesarias, pero no suficientes. Es preciso un cambio de mentalidad y, para ello, es imprescindible que haya una auténtica mixtura social y étnica.

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