Barrios inquietos

La Vanguardia, 27-10-2006

LA incontenible explosión de violencia de los barrios de París, cuyas imágenes incendiarias recorrieron el mundo, cumple hoy el primer aniversario. Dos jóvenes del suburbio parisino de Clichy-sous-Bois murieron electrocutados huyendo de una persecución policial. En respuesta a estas muertes, una violencia más o menos espontánea explotó en forma de rituales de quema nocturna de automóviles y contagió a toda la banlieue parisina y a muchos otros barrios de otras ciudades francesas. Durante tres semanas, esta guerrilla urbana puso contra las cuerdas al Estado y mantuvo en vilo a la opinión pública europea.

Europa, ya muy inquieta por los atentados de Madrid y Londres, descubrió, estupefacta, la agresividad y violencia que se ocultan en las periferias parisinas, habitadas por familias de origen inmigrante, aunque supuestamente arraigadas en Francia por nacimiento, cultura y formación republicanas. La revuelta desveló una cruda realidad: el estado de marginación y la falta de oportunidades en que viven los descendientes de los emigrantes que, procedentes del Magreb y de la francofonía africana, habitan en guetos periféricos sin más perspectivas de futuro que el de un papel subalterno. El ascensor social republicano está atascado para ellos. Pero la revuelta podría revelar también inquietantes componentes culturales. Tal fue la discutida interpretación de Alain Finkielkraut, quien apuntó a la posibilidad de un conflicto étnico-cultural, señalando el substrato musulmán de estos jóvenes que les impulsaría a una violencia antirrepublicana que no cunde entre emigrantes chinos, vietnamitas o portugueses a pesar de compartir los mismos problemas.

A pesar de los esfuerzos del ministro de Cohesión Social, Jean-Louis Borloo, de los severos refuerzos policiales ordenados por Nicolas Sarkozy, así como de las medidas de endurecimiento legal impulsadas por el Gobierno Villepin, el primer aniversario de la explosión de la banlieue se celebra bajo sombrías perspectivas. Un informe policial publicado por Le Figaro revela que el riesgo de nuevas explosiones es alto. Pocos días atrás, sin ir más lejos, unos policías fueron acosados por decenas de jóvenes. No va a ser fácil reconducir la situación de los arrabales franceses. La revuelta desnudó los tópicos sobre el modelo integracionista francés y sobre la capacidad de aquel sólido Estado republicano (modelo histórico de igualación cívica) para enfrentarse a los retos de una sociedad multicultural como es ahora la francesa.

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