El Hospital Donostia aplicará en 2007 un nuevo modelo de atención a inmigrantes

un sistema informatizado en siete lenguas tratará de paliar las barreras idiomáticas

Diario de noticias de Gipuzkoa, 27-10-2006

jorge napal
Osakidetza entiende que hay que adaptarse a los nuevos tiempos e incluye el nuevo modelo en sus planes estratégicos Osakidetza entiende que hay que adaptarse a los nuevos tiempos e incluye el nuevo modelo en sus planes estratégicos

La colombiana Luz Montes, que dio a luz el pasado domingo a la pequeña Josune, descansa en el Hospital Donostia acompañada por Maira, otra hija.


jorge napal

Donostia. El Hospital Donostia pondrá en marcha a partir del primer trimestre de 2007 un sistema informatizado de atención a la población inmigrante adaptado a siete idiomas. Este nuevo modelo, que figura como uno de los planes estratégicos de la dirección del centro, nace como repuesta a la necesidad de “readaptarse” a los nuevos tiempos que marcan los flujos migratorios.

Los problemas de salud de los extranjeros que llegan a Gipuzkoa han dejado de ser un capítulo anecdótico de la medicina, para convertirse en objeto de debate y preocupación de las autoridades.

Ha sido frecuente en los últimos años responder de urgencia, principalmente en el verano, a marroquíes o rumanos accidentados en la carretera cuando regresaban de las vacaciones. Era una atención puntual. El panorama ha cambiado sustancialmente en los dos últimos años, y pone de relieve una ineludible cuestión: la atención sanitaria a este colectivo es difícil, por la barrera idiomática y, sobre todo, el abismo cultural que nos separa.

El sistema de trabajo de Osakidetza incluirá una plantilla informatizada con preguntas en francés, inglés, árabe, chino, polaco, rumano y portugués sobre síntomas previos que hayan podido presentar los pacientes o alergias a medicamentos. “Llevamos tiempo estudiando el sistema, pero todavía está en fase inicial. Hace falta un detenido análisis previo para acercarnos a las necesidades que precisan los inmigrantes”, dicen fuentes consultadas por este periódico.

derivaciones La dirección del centro no quiere que el sistema se circunscriba a una primera consulta y ensaya fórmulas para idear el modo idóneo de derivar a estas personas a otras áreas o servicios sanitarios cuando así lo requiera su estado de salud. Para ello, el hospital se muestra abierto a contactar con otros inmigrantes ya asentados en el territorio para valerse de su experiencia, tras haber superado el shock cultural del recién llegado . “Estamos abiertos a sugerencias”, dicen desde el complejo sanitario.

Hospitales de grandes ciudades, como Barcelona o Madrid, emplean desde hace años pequeños libros que detallan en varios idiomas las preguntas más frecuentes de primeras consultas. El Hospital Donostia baraja dar un paso más, informatizar ese sistema, y para ello va a ser necesaria la colaboración de los equipos médicos. Los servicios de Urgencias generales, ginecológicas y pediátricas son las áreas que mayor contacto traban con este colectivo. Sus máximos responsables han descrito a este periódico cuál es la situación actual.

cultura magrebí Eduardo Pérez Yarza, jefe del Servicio de Pediatría del Hospital Donostia, es consciente del incremento “notable” de inmigrantes que hacen uso de esta área desde hace dos años. La mayoría son latinoamericanos, aunque poco a poco aumentan los casos de pacientes magrebíes, con la consiguiente adecuación a sus referencias culturales que conlleva.

“Tenemos que reconsiderar muchas de nuestras actitudes. Hay casos en los que, por ejemplo, es necesario estar atentos para que la exploración a una niña de esa procedencia la haga siempre una pediatra, y no un hombre, ya que de otro modo la cultura de sus padres no lo permitiría”, dice a modo de ejemplo.

Hasta ahora era un fenómeno que Yarza debatía en congresos, que incidía principalmente y lo sigue haciendo en las grandes ciudades, como en el Hospital del Mar de Barcelona, donde el 70% de los partos es practicado a extranjeras.

“Ahora vemos que llega el fenómeno y, precisamente porque lo hemos ido siguiendo en las grandes capitales, nos ha dado tiempo para prepararnos psicológicamente. La atención primaria está muy mentalizada para ello”, asegura. El inmigrante no entiende igual la forma de sanar, de cuidar e, incluso, de morir. El pediatra observa que van surgiendo nuevas patologías ligadas incluso a conceptos de alimentación que, en ocasiones, derivan en fenómenos de desnutrición.

la vía de entrada Pero si hay una puerta de entrada de la inmigración en Sanidad, ésa es la de Urgencias. El jefe de este servicio en el Hospital Donostia, Pablo Busca, no maneja datos, pero sí dice que las visitas de pacientes extra – comunitarios son cada día más frecuentes. “Con diferencia, el principal escollo a la hora de prestar asistencia es la barrera cultural”, confiesa.

Es curioso, según agrega, la forma creativa con la que estos colectivos acceden al sistema sanitario. “Eligen Urgencias porque siempre se les atiende, se les pregunta poco y se les soluciona el problema. En el ambulatorio, quizá, les plantean más problemas”, llega a sospechar.

Lo cierto es que el shock cultural suele ser muy fuerte. Y no sólo por el idioma. La ausencia de referentes culturales siempre está presente. “Nos sorprende el recelo y la desconfianza que suelen tener, con un nivel de exigencia alto”, asegura el responsable.

Por lo general, son chicos jóvenes con mucha salud que, sin embargo acuden con frecuencia aquejados de "patologías “banales”. El idioma francés o inglés suele ser suficiente para entenderse con ellos y, cuando son chinos o árabes, suelen acudir acompañados de amigos o familiares que se ofrecen como intérpretes.

Los malos entendidos lingüísticos entre médicos y pacientes no dejan de ser anecdóticos, pero pueden adquirir gravedad. La incursión de mediadores que conozcan idiomas y culturas en la práctica médica cada día gana más adeptos, aunque la puesta en práctica sea costosa.

protocolo de actuación “Hace falta un protocolo de actuación para encontrar intérpretes, porque andamos buscándonos la vida”, reconoce el enfermero Sebas Garciarena, del Servicio de Atención al Paciente. Este departamento es el que busca soluciones en el hospital cuando la barrera idiomática se hace insalvable. “Siempre se intenta buscar alguien que hable el idioma entre los profesionales, pero para los casos en que no es posible encontrarlo, disponemos de un listado de traductores que comprende desde el chino mandarín al rumano”, explica el enfermero.

Charo Fernández es la supervisora de partos del hospital. Lejos de la cuidada preparación para los alumbramientos que se conoce entre la población guipuzcoana, muchas de las mujeres extranjeras que llegan “suelen hacerlo porque ha fallado la prevención, y desde luego que no tienen ningún deseo de tener al niño. No saben cuál ha sido la última regla, no llevan un control de las ecografías y hay que prepararles comida especial”.

A las magrebíes, dice, no les gusta que les trate un ginecólogo. “Uno de los principales problemas que estamos viendo es que vienen a parir con sus hijos, ya que no tienen con quién dejarlos”. La matrona de este servicio solicita a la dirección de centro la apertura de “talleres interculturales. Nos hace falta saber muchos aspectos de su cultura para poder ofrecer un servicio en condiciones”, asegura.

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