En el último año se ha duplicado el número de extranjeros que reciben prestaciones contributivas por desempleo en la provincia de Málaga, hasta alcanzar los 2.274. Se trata de trabajadores con los mismos derechos que cualquier empleado que haya generado beneficios en el sistema. Sin embargo, llama la atención el dato, porque es sintomático de que algo está cambiando. El tejido laboral malagueño cada vez tiene un mayor acento extranjero. Desde principios de 2006, la contratación de este colectivo ha crecido un 35,5%. El mismo porcentaje que ha acompasado el crecimiento de las cifras de paro. A finales de agosto, las oficinas del Servicio Público de Empleo contabilizaban más de 5.500 parados foráneos. La cifra, que invita a la reflexión, requiere un sistema más eficaz que evite situaciones dramáticas