De Villepin promete castigos «ejemplares» por los disturbios en barrios conflictivos

Varios encapuchados incendian dos autobuses en París en víspera del aniversario de las revueltas que azotaron a decenas de guetos en el país galo

Diario Sur, 27-10-2006

AGENCIAS/PARÍS
El primer ministro francés, Dominique de Villepin, prometió ayer castigos «inmediatos y ejemplares» contra los autores de los disturbios en los barrios conflictivos registrados en la noche del lunes en víspera del primer aniversario de la ola que azotó a decenas de guetos urbanos de Francia. «No podemos aceptar lo inaceptable», afirmó el jefe del Gobierno conservador en un encuentro que tuvo lugar en el suburbio de la periferia de la capital Cergy – Pontoise, donde anunció medidas en materia de educación para reformar la orientación escolar y preparar de la mejor forma posible la inserción profesional.

Unas horas antes de que De Villepin rechazara con fuerza que haya «zonas de no derecho e impunidad», dos autobuses habían sido asaltados e incendiados por grupos de encapuchados, varios de ellos armados con armas cortas, en dos barrios de las afueras de París, Bagnolet y Nanterre, sin que hubiera heridos. En Athis – Mons, también durante la noche, tres jóvenes arrojaron un cóctel molotov en un autocar después de hacer bajar a los viajeros.

Emboscadas a la policía

El conductor consiguió apagar las llamas rápidamente. Y en un gueto cerca de Lyon, que figuraba entre las decenas de zonas conflictivas azotadas por los disturbios de hace un año, otro transporte colectivo vacío fue pasto de las llamas. También el miércoles por la tarde decenas de jóvenes apedrearon coches privados y de la policía cerca de la Grande Borne en Grigny, en las afueras de París, en una aparente represalia por el procesamiento de dos jóvenes, de 18 y 13 años, por haber incendiado un autobús allí el pasado domingo. La empresa del transporte urbano indicó ayer que prevé desviar las rutas de ciertos autobuses para que eviten las zonas conflictivas, después de que en la madrugada de ayer se interrumpiera el servicio en diecisiete líneas. La quema de vehículos sigue a las repetidas emboscadas tendidas por jóvenes a agentes en los suburbios de la región parisiense en las últimas semanas a medida que se acercaba el aniversario del estallido de las revueltas de 2005.

Los servicios de información de la policía advirtieron hace poco de que la situación es explosiva, especialmente en la periferia de París, y que persisten muchas de las condiciones que llevaron a la ola de violencia que se extendió a casi trescientos guetos urbanos en 2005 y llevó al Gobierno a decretar el estado de emergencia.

El detonante de aquella ola de disturbios en barrios caracterizados por el desempleo, la delincuencia y la concentración de inmigrantes de varias generaciones fue la muerte accidental en Clichy – sous – Bois de dos jóvenes que, para huir de la policía, se refugiaron en un transformador eléctrico.

Preguntado ayer sobre si teme el contagio de los incidentes en la región de París a otras ciudades francesas como hace un año, De Villepin aseguró que «la vigilancia y el compromiso deben ser constantes». Lo ocurrido estos días exige «respuestas inmediatas, arrestos. Las habrá», prometió. Ante el problema de los barrios, se necesita «una política global responsable: las mismas reglas deben aplicarse a todos», sentenció.

En materia de seguridad, se requieren una presencia «republicana cotidiana sobre el terreno» para responder a las necesidades y controlar la situación; una policía que detenga a los culpables.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)