WASHINGTON. El presidente de EEUU, George W. Bush, firmó ayer una polémica ley que autoriza la construcción de un doble muro de más de 1.126 kilómetros en la frontera con México, como parte de su política de contención migratoria.

La conocida como Ley del Muro fue aprobada por el Congreso el mes pasado, prevé la construcción de la doble valla en los sitios que el Departamento de Seguridad Nacional considere más aconsejables y se sumaría a la infraestructura ya establecida en la franja fronteriza. En principio, esta norma no establece los pormenores de cómo debe ser el muro – en tramos podría ser de cemento, en otros de alambrada y en otros de vallas metálicas – ni de los lugares exactos donde debe levantarse.

Esta Ley del Muro ha sido ya rechazada tajantemente por los grupos que abogan por los derechos de los inmigrantes. Estas organizaciones sostienen que el muro no es la solución a la retahíla de deficiencias del actual sistema de inmigración estadounidense y se pronuncian a favor de una reforma migratoria amplia y humanitaria.

Quien también ha levantado la voz contra esta medida es el presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de EEUU, el obispo William Skylstad. “Nos oponemos a esta legislación porque creemos que puede conducir a la muerte de más inmigrantes en su intento por entrar en EEUU y aumentar los casos de violencia relacionados con el contrabando de seres humanos a lo largo de nuestra frontera”, denunció monseñor Skylstad en una carta a Bush.

Las autoridades mexicanas, por su parte, agradecieron ayer la “solidaridad” de la Organización de Estados Americanos (OEA) por emitir una declaración en la que critica la decisión del presidente de Estados Unidos. “El Gobierno de México quiere agradecer profundamente el mensaje de solidaridad expresado por los países de América Latina y el Caribe en relación al tema del muro divisorio”, afirmó el portavoz presidencial, Rubén Aguilar, quien subrayó que la OEA hiciera énfasis en “la clara necesidad de tratar el tema migratorio desde una perspectiva integral y de respeto a los derechos de los inmigrantes”.

“más seguridad” Para George W. Bush, esta ley “protegerá al pueblo estadounidense y hará que las fronteras sean más seguras”. El presidente norteamericano dijo que la inmigración ilegal ha aumentado en la última década debido a que, “desafortunadamente, EEUU no mantuvo el control absoluto de la frontera”. Bush aboga por la creación de un programa de trabajadores temporales, algo que rechazan los republicanos más conservadores por considerarlo una vía para amnistiar a los indocumentados. >agencias