UN AÑO DESPUÉS DE LA REBELIÓN DE LOS 'GUETOS' EN FRANCIA
Villepin promete castigos «inmediatos y ejemplares» tras los últimos disturbios
Cuatro autobuses fueron incendiados ayer en diferentes barrios de la región parisiense por asaltantes encapuchados, algunos armados. Sarkozy anuncia que habrá policías en algunas líneas de autobús.
Diario Vasco, 27-10-2006PARÍS. El primer ministro francés, Dominique de Villepin , prometió ayer sanciones «inmediatas y ejemplares» contra los autores de los últimos disturbios en los barrios conflictivos, donde crece la tensión en víspera del primer aniversario de la ola de violencia que azotó a decenas de guetos urbanos de Francia hace un año. «No podemos aceptar lo inaceptable», afirmó el jefe del Gobierno conservador en su XVI rueda de prensa mensual, un encuentro que tuvo lugar en un barrio de la periferia de la capital, Cergy-Pontoise, donde anunció medidas en materia de educación para reformar la orientación escolar y preparar mejor la inserción profesional.
Unas horas antes de que Villepin rechazara con fuerza que haya «zonas de no derecho e impunidad», dos autobuses habían sido asaltados e incendiados por dos grupos de encapuchados, varios de ellos armados con armas cortas, en dos barrios de las afueras de París, Bagnolet y Nanterre, sin que hubiera heridos.
En Bagnolet, al norte de París, diez encapuchados, cinco de ellos con armas de fuego, obligaron a descender a los pasajeros del autobús 122 y al conductor y robaron el vehículo. Los asaltantes amenazaron a los pasajeros con sus pistolas y colocaron una en la sien del chófer. Más tarde, lo incendiaron con gasolina en la localidad vecina de Montreuil.
Con cócteles molotov
Mientras, en Nanterre, al oeste de la capital, otro grupo de encapuchados prendió fuego también a un autobús, después de obligar a sus pasajeros a evacuar el vehículo. Asimismo, tres agresores lanzaron un cóctel molotov contra un autocar de línea en Athis-Mons, después de obligar a los pasajeros y al conductor a apearse de él. El chófer, sin embargo, pudo apagar después el incendio que se produjo tras la explosión del artefacto.
En Athis-Mons, también durante la noche del miércoles al jueves, tres jóvenes arrojaron un coctel Molotov en un autobús después de hacer bajar a los viajeros. El conductor consiguió apagar las llamas rápidamente. Y, en un gueto urbano cerca de Lyon (sureste) que figuraba entre las decenas de barrios conflictivos azotados por los disturbios de hace un año, un autocar vacío fue pasto de las llamas. También el miércoles por la tarde decenas de jóvenes apedrearon coches privados y de la Policía cerca de la Grande Borne en Grigny (en las afueras de París), en una aparente represalia por el procesamiento de dos jóvenes, de 18 y 13 años, por haber incendiado un autobús allí el domingo.
La empresa del transporte urbano indicó ayer que prevé desviar las rutas de ciertos servicios de autobuses para que eviten las zonas conflictivas, después de que ayer se interrumpiera el servicio en un total de diecisiete líneas.
Los servicios de información de la Policía advirtieron a principios de esta semana de que la situación es explosiva, especialmente en la periferia de París, y que persisten muchas de las condiciones que llevaron a la ola de violencia que se extendió a casi 300 guetos urbanos en 2005 y llevó al Gobierno a decretar el estado de emergencia.
Preguntado ayer sobre si teme el contagio de los incidentes en la región de París a otros barrios, como hace un año, Villepin aseguró: «Nuestra vigilancia y compromiso deben ser constantes». Lo ocurrido estos días exige «respuestas inmediatas, arrestos. Las habrá» y habrá «sanciones inmediatas y ejemplares», prometió. Ante el problema de los barrios, se necesita «una política global responsable: las mismas reglas deben aplicarse a todos», sentenció. Señaló que también es preciso trabajar en el terreno educativo y revitalizar la economía y fomentar el empleo de los barrios conflictivos, para lo cual ya se han tomado medidas. Rechazó las acusaciones de que «no se ha hecho nada para los barrios». «Esto no puedo aceptarlo», dijo.
Por su parte, el ministro de Interior, Nicolas Sarkozy, mostraba también su firmeza a la hora de atajar las algaradas. En la localidad británica de Stratford-Upon-Avon, donde se encuentra en viaje oficial, declaró que su Gobierno hará «lo posible para arrestar a los autores de estas actividades que no son aceptables». «Los culpables sabrán que los perseguiremos y que les entregaremos a la justicia y que serán castigados », aseguró. Asimimso, anunció anoche, tras una reunión con directivos de varias empresas del sector del transporte público, que habrá una presencia policial en algunos autobuses urbanos que pasan por zonas donde con frecuencia se producen agresiones. Sarkozy también dijo que se tomarán otras medidas que no detalló.
La oposición socialista en la cámara de los diputados reclamó ayer la creación de una comisión de investigación sobre la situación en los barrios conflictivos para evaluar los medios movilizados por el Estado y diagnosticar su «impacto efectivo». Los socialistas han utilizado este primer aniversario de la rebelión de los guetos como un arma arrojadiza contra el Ejecutivo. AGENCIAS
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