LA PRESIÓN MIGRATORIA

La policía impide que los 'sin papeles' viajen en tren a Milán

Los controles se endurecen tras las primeras repatriaciones desde Italia. Los agentes reclaman para salir de España visados o permisos de residencia

El Periodico, 27-10-2006

CAROLINA ABADÍA
BARCELONA

Durante varios meses, grupos de 40 o 50 inmigrantes subsaharianos sin papeles, conducidos por un grupo organizado de compatriotas, han salido de Barcelona en dirección a Milán, desde la estación de França, tres veces por semana. Este trasiego constante se ha cortado de golpe en los últimos días, después de que se haya hecho pública esta práctica en los medios de comunicación y, sobre todo, después de que la policía italiana empezase a repatriar a los inmigrantes llegados a su país, que hasta hace poco podían atravesar dos fronteras internacionales sin ser molestados ni por el Cuerpo Nacional de Policía (CNP), ni por la Gendarmería francesa, ni por los Carabineros y la Guardia de Finanzas italiana.
Ayer, por ejemplo, cinco miembros del Cuerpo Nacional de Policía instalaron, momentos antes de la salida del Talgo de las 20.40 horas hacia Milán, un control de documentos para impedir el paso al tren de los inmigrantes sin la documentación en regla. Para permitir que los viajeros de nacionalidad extranjera subiesen al vagón, y por lo tanto pudiesen salir de territorio español, los agentes requirieron un pasaporte con visado de entrada válido en el espacio Schengen, o bien un permiso de residencia español o italiano.
Desde que los controles policiales se han endurecido, la afluencia de inmigrantes también se ha reducido. Ayer fueron solo media docena los que intentaron, sin éxito, franquear el control policial. A diferencia de ocasiones anteriores, los inmigrantes sin documentación no acudieron en grupos organizados, con un guía y portavoz, sino dispersos. También la media de edad era mucho más baja que la de los que tomaron los convoyes en dirección a Italia en las últimas semanas.
Los inmigrantes rechazados en el andén cambiaron el billete para recuperar el importe. Algunos de ellos, como Ahmed, se lo tomaron con resignación. Residente en Murcia, quería ir a Milán para tener más posibilidades de tener trabajo y regularizar su situación. Pero tras el fracaso, confesó que se daba por vencido y volvía a la localidad murciana donde ha trabajado los últimos años. Más dramático fue el caso de un joven, igualmente sin documentación válida, del que los propios policías confesaron creer que verdaderamente tenía familia en Milán. El chico, tras no poder subir al tren, se echó a llorar desesperadamente. Los técnicos de un equipo de rodaje cinematográfico que ayer trabajaba en la estación se ofrecieron a ayudarlo y se hicieron cargo de él.

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