CRISIS SOCIAL EN FRANCIA|ENTREVISTA CON LILIAN THURAM|LA OPINIÓN DE UN DEPORTISTA

"Responder con violencia refuerza los prejuicios"

El País, 27-10-2006

JOAN DOMÈNECH
BARCELONA

PROFESIÓN DEFENSA DEL BARÇA
LUGAR DE NACIMIENTO POINTE-À-PITRE (GUADALUPE)
NACIONALIDAD FRANCESA
EDAD 34 AÑOS
PALMARÉS 1 MUNDIAL (1998), 1 EUROCOPA (2000), 1 UEFA, 2 LIGAS, 1 COPA Y 3 SUPERCOPAS DE ITALIA

Justo un día antes de que se cumpliera un año de los disturbios que sucedieron en los suburbios de París se han repetido los incidentes en la periferia de capital francesa. Liliam Thuram, un futbolista atento a las cuestiones sociales, resopla entre disgustado y decepcionado, al ver que se repite la ola de violencia ante un conflicto aún por resolver.

—¿Cuál es su opinión de los incidentes que se produjeron el año pasado y que se repiten ahora?
—Después de la problemática que hubo entonces, la mayoría de la gente aumentó los prejuicios que ya tenía previamente hacia las personas de los banlieues (suburbios). La violencia que hubo no hizo más que aumentar y confirmar esos prejuicios porque, además, no hubo respuesta del Gobierno. Bueno, sí hubo, y fue que había que aumentar la seguridad en esos barrios.

—¿Cuál fue el origen del conflicto: social, económico, racial?
—Es un problema social. La gente que vive en los suburbios, como todo el mundo, quiere trabajar y vivir bien, pero son zonas con mucha precariedad. Yo he vivido en esos barrios. Sé cómo se sufre y cómo se nota la sensación de que una parte de la población, la que no vive en las periferias, no les ve como franceses.

—¿Comparte las protestas?
—No es la primera vez que se queman coches, y a ello se llega cuando hay jóvenes que creen que se ha cometido una injusticia con ellos. En aquel caso, el detonante fue la muerte de dos muchachos que huían de la policía. Cuando los jóvenes sienten que hay una injusticia, siempre hay problemas de revueltas. Pero la forma de las protestas es equivocada. Es un error responder con violencia porque eso refuerza los prejuicios de la población hacia las personas de los suburbios.

—Esos actos luego se extendieron a varias de las principales ciudades de Francia.
—Al principio, las protestas no fueron extraordinarias, pero los comentarios que hizo Sarkozy provocaron que se amplificaran.

—¿Quién tiene la solución?
—El Gobierno la tiene. La gente que vive bien no piensa en esas personas. Corresponde al Gobierno reunir y cohesionar a la población y evitar que la gente de los suburbios, que también es francesa, se sienta excluida.

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