TRIBUNALES
El mosso acusado de la muerte de un marroquí declara que fue un accidente
SANTIAGO TARÍN - BARCELONA
La Vanguardia, 26-10-2006David G., cabo de los Mossos d´Esquadra, se sentó ayer en banquillo de los acusados porque durante una entrada y registro en Santa Coloma de Gramenet un ciudadano marroquí murió de un disparo que partió de su pistola. El agente atribuyó el suceso a un forcejeo y declaró que no sabía a ciencia cierta si el dedo que apretó el gatillo fue el suyo o el del fallecido.
La fiscal pide para el policía dos años de prisión por un delito de homicidio imprudente (la acusación particular eleva la petición a cuatro años), amén de exigir una indemnización para la familia de la víctima de 182.000 euros. Los hechos ocurrieron el 27 de mayo del 2004, cuando una dotación de ocho mossos entró en una vivienda del pasaje Victòria de Santa Coloma de Gramenet en busca de un punto de venta de drogas. Hubo un disparo y murió uno de los habitantes del piso, Farid ben Daoud.
Ayer, ante la sección décima de la Audiencia de Barcelona, el mosso explicó que el operativo se desarrolló a las siete de la mañana para reducir riesgos. El piso era vigilado ante la sospecha de que allí vivía un traficante de drogas. El policía entró el segundo, llevaba la pistola en la mano y en el comedor vio durmiendo a dos personas. Fue hacia ellas para impedir que se levantaran. Una se incorporó, le agarró la mano y el arma, forcejearon y el agente cayó sobre él; entonces se produjo un disparo fortuito.
El mosso dijo que en todo momento gritaron “¡policía, al suelo!”, versión que fue corroborada por uno de los ocupantes del piso, aunque no por otro, que aseguró que el tiro sonó nada más entrar. Otros ocupantes de la casa no comparecieron al juicio, que se suspendió. Precisamente, el supuesto traficante relató las últimas palabras del fallecido: “¡Ay, mi madre, mis hijas!”.
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