Recompensa a quien 'cace' inmigrantes clandestinos

El Mundo, 26-10-2006

IRENE HDEZ. VELASCO. Corresponsal

Una localidad italiana pagará 500 euros a los agentes municipales por cada extranjero ‘sin papeles’ que detengan Se buscan inmigrantes clandestinos. Recompensa: 500 euros por cada ilegal apresado y expulsado.


Adro, un pequeño y aparentemente idílico pueblecito del norte de Italia, situado a los pies del Monte Alto y famoso por sus vinos, ha decidido recurrir a los métodos del Lejano Oeste para acabar con la inmigración ilegal. El Ayuntamiento de esta localidad, en la que residen 6.900 personas (de las cuales 480 son inmigrantes regularizados), ha aprobado un decreto que pone precio a la cabeza del puñado de extranjeros sin papeles que vive en el lugar.


En lo que muchos consideran como una incitación a la cacería humana, la Alcaldía de Adro ha decidido premiar con jugosos incentivos en metálico la detención de inmigrantes ilegales. Se hace saber que los agentes municipales recibirán 500 euros por cada extracomunitario clandestino al que logren poner las esposas.


Detrás de esta iniciativa (por llamarla de alguna manera) se encuentra Oscar Lancini, alcalde de Adro y miembro de la Liga del Norte, un partido de carácter secesionista que propugna la segregación de Italia de las ricas regiones del norte y que no oculta su carácter abiertamente xenófobo y racista.


Fue el coordinador de la Liga del Norte, Roberto Calderoli, quien hace un par de años propuso, en medio de la crisis por el secuestro de cuatro italianos en Irak, que, en represalia, el país transalpino expulsara diariamente a 1.000 musulmanes. «Si por mí fuera, impediría la entrada de todos los inmigrantes en los próximos años», confesaba en una ocasión Umberto Bossi, el líder de la Liga del Norte.


Sin embargo, el alcalde de Adro se niega en redondo a admitir que detrás de la medida de premiar con 500 euros la detención de cada inmigrante ilegal se puedan ocultar motivos de carácter xenófobo. «La ideología no tiene nada que ver con todo esto», sentencia Lancini en el diario Corriere della Sera. «Se trata, sobre todo, de premiar a los empleados públicos que creen en su trabajo y que, como es su obligación porque así lo sanciona la ley, se oponen a la clandestinidad».


Prima de productividad


Llevando su razonamiento hasta el paroxismo, el alcalde de Adro prefiere referirse al incentivo que pone precio a la captura de los inmigrantes clandestinos como una simple «prima de productividad». De hecho, el nombre de la normativa por la que este Ayuntamiento (cuyos consejeros son todos miembros de la Liga del Norte) aprobaba el pasado 4 de agosto el pago de recompensas por la detención de «ilegales» lleva el políticamente correctísimo nombre de «proyecto productividad».


Según el alcalde, a la Alcaldía de Adro se le ocurrió poner en marcha esta idea de pagar «pluses» a los agentes que atraparan a inmigrantes clandestinos después de que hace unos meses dos policías municipales detuvieran a un norteafricano que se encontraba de manera irregular en Italia y que se dedicaba a traficar con droga en esta localidad de la provincia de Brescia.


«Los agentes tuvieron que pasar con él una tarde, una noche y el día siguiente completo, trabajando mucho más allá de lo que establece su turno laboral. Pero la ley establece que cuando los agentes municipales detienen a un inmigrante ilegal no lo pueden entregar a la policía o a los carabinieri, sino que deben mantenerlo en custodia durante toda la tramitación de su proceso de expulsión, incluida la detención nocturna, la toma de fotos del detenido, de sus huellas dactilares, de su declaración. Y, mientras tanto, los días pasan y ¿quién paga a los agentes? Las primas por horas extraordinarias no bastan. Así que hemos decidido crear una prima de productividad para proyectos específicos», explica el alcalde, precisando que el bono de 500 euros se repartiría entre todos los agentes que tomen parte en la operación de detención del ilegal.


Para el año en curso, el Ayuntamiento de Adro ha dispuesto un fondo de 2.000 euros para financiar esos «proyectos específicos». Es decir: en los pocos meses que quedan para que concluya el año, sólo se recompensará la detención de cuatro inmigrantes ilegales. «Cuatro clandestinos es una previsión razonable», dice el alcalde. «Por suerte, los irregulares aquí sólo están de paso, no son residentes», suspira aliviado.


Algo que también es mérito de la Alcaldía: para desanimar a los sin papeles a echar raíces en Adro, el Ayuntamiento ha aprobado el pago de una segunda recompensa de 50 euros por toda redada que sirva para sacar a la luz la existencia de una vivienda en la que se amontonan más personas de las que las normativas consienten.


«Se trata de medidas que incentivan la caza de los extracomunitarios», protestan desde el sindicato CISL.


Según datos de la organización católica Cáritas, el número de inmigrantes que vive en Italia supera por primera vez los tres millones. Según esta ONG, cada año llegan al país transalpino 300.000 nuevos inmigrantes.

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