Los violentos mantienen a Francia en jaque a un año de la revuelta urbana Las fuerzas del orden han recibido consignas de prudencia y «sensatez» extremas_Las asociaciones de barrio convocan manifestaciones silenciosas
ABC, 25-10-2006JUAN PEDRO QUIÑONERO CORRESPONSAL
PARÍS. Francia vive angustiada el primer aniversario de los ya legendarios disturbios de sus barrios periféricos. Varios colectivos han organizado marchas de protesta silenciosa. Los sindicatos de policías denuncian un clima de violencia contenida. Las asociaciones de alcaldes denuncian la explotación informativa. La oposición dispara con bala contra el Gobierno mientras éste trata de ocultar sus divisiones.
Varios colectivos y asociaciones han recogido firmas y convocado manifestaciones silenciosas hoy y mañana, para insistir en el «abandono» en el que viven incontables barrios, donde sucesivos gobiernos de izquierda y derecha han invertido centenares de millones de euros sin conseguir arrancar las raíces de una violencia no siempre contenida.
Por su parte, los sindicatos de policías fueron los primeros en llamar la atención sobre una crisis latente. En las últimas seis semanas se han sucedido numerosos incidentes violentos: policías atacados a pedradas, automóviles incendiados, batallas campales…
Pretexto político
En el terreno político, la oposición utiliza la crisis como arma arrojadiza contra Nicolás Sarkozy, ministro del Interior, líder de la Unión por un Movimiento Popular y candidato a la Presidencia de la República. Dentro del Gobierno, el mismo Sarkozy también sufre el acoso de los amigos políticos de Dominique de Villepin, primer ministro.
Hace once meses Villepin anunció grandes proyectos de inversiones públicas y ayudas sociales. Un año después esos proyectos siguen su curso, pero la gran novedad es el agravamiento de las penas judiciales contra los delincuentes juveniles que ataquen a las fuerzas del orden.
Se trata de una crisis nacional de insondable calado, que afecta al modelo social, cultural, político y económico. La inmigración es un factor añadido, y la guerra electoral permanente complica la acción.
Las fuerzas del orden han recibido consignas de prudencia, moderación y «sensatez» extremas. El calendario de las próximas elecciones presidenciales, a finales de abril y primeros de mayo del 2007, añade notas de tensión e incertidumbre.
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