Sólo la mitad de los alumnos de 11 a 18 años ve positivo estar con inmigrantes

El Mundo, 25-10-2006

El rechazo es casi el doble entre los estudiantes de la privada que en los de la pública MADRID. – En el Babel de las aulas sólo uno de cada dos chavales comulga con el idioma multirracial, se alegra de la llegada de Mohamed y hace piña y equipo de fútbol con Vladimir. Porque únicamente la mitad de los estudiantes de entre 11 y 18 años ve bien la presencia de inmigrantes en clase.


El dato – inesperado, revelador y contundente como un mazazo – lo supimos ayer; está recogido en el trabajo La opinión de los alumnos sobre la calidad de la educación y hace sonar un gong de alarma en la escuela, donde ya hay 530.000 escolares venidos de fuera.


Dicen los autores de la investigación, elaborada por el Instituto de Evaluación y Asesoramiento Educativo (IDEA), que las 2.000 encuestas realizadas entre estudiantes de Madrid son extrapolables al resto del Estado y que, inmigrantes a un lado, la encuesta muestra que los chavales están «razonablemente satisfechos» con nuestro sistema educativo.


Éstos son algunos de los aspectos más destacados del trabajo, patrocinado por la Fundación Hogar del Empleado. Comparando las respuestas de ayer con las que dieron en 2000, a los alumnos les pesa menos la mochila.


Extranjeros y discapacitados.


A los encuestados se les inquirió sobre qué les parecía la cohabitación en el aula con chavales de otros países. Para ello se formuló una premisa: «Me parece bien que haya alumnos inmigrantes en mi clase». Y se les pidió que expresaran si estaban de acuerdo o en desacuerdo con tal afirmación.


Donde más abren los brazos es en Primaria (un 75,8% secundó la frase). Donde menos, en 3º y 4º de ESO (48,1%). El promedio en toda la Secundaria, incluido el Bachillerato, indica que sólo el 50% ve positivo que haya extranjeros en el aula. En la escuela privada, el rechazo es casi el doble que en la escuela pública: un 15,2% de los alumnos de los colegios de pago está en desacuerdo con su presencia frente a un 8,5% en los de titularidad estatal.


Uno de cada 10 encuestados no está conforme con que en clase haya un compañero discapacitado.


Conflictividad.


Ni las aulas son el Bronx ni son ciertos los alarmismos que pintan la clase como una descarnada trinchera. Hablan los estudiantes sobre cómo perciben la conflictividad, sobre si el matonismo es una milonga y sobre si el acoso escolar, a excepción de un puñado de casos, es el nuevo coco mediático.


Sólo los alumnos de 1º y 2º de ESO creen que los conflictos han aumentado en el último lustro. En general, el 35% opina que ahora no hay más riesgo que antes de que haya un episodio violento, frente a un 27% que sostiene lo contrario.


A pesar de que sólo un preocupante 5% se considera maltratado de forma habitual y un 3% se reconoce agresor, un 44,7% señala que algunos profesores insultan a sus alumnos, un 11,4% indica que algunos docentes temen a ciertos estudiantes y uno de cada cuatro alerta de la presencia de chicos de otros centros en el propio, buscando pelea.


Interés de los escolares.


En torno a la mitad de los escolares piensa que la mayoría de sus compañeros tiene poco interés por aprender.


La etapa que mejor parada sale vuelve a ser la de Primaria: sólo el 38% sostiene que existe esa desgana. La que peor, el Bachillerato: dos de cada tres refiere esa falta de inquietud por saber.


Factores de calidad.


Cerca del 88% coloca a la escuela como primer factor que incide en la educación de una persona, por delante de la familia (80,9%) y los amigos (29,4%).


Creencias.


Preguntados por las cuestiones que consideran más importantes para el progreso de la sociedad, el 44,7% cita a la moral, el 31% a la ciencia y 12% a la política. Sólo el 5% piensa que la religión es motor de progreso.


Cambios necesarios.


¿Qué hacer para redimir los fallos de la escuela? Si a los alumnos fueran ministros de Educación aumentarían el presupuesto, racionalizarían los horarios y mejorarían las instalaciones.

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