Francia teme una nueva ola de violencia urbana en el aniversario de los disturbios de París

Un informe de los servicios secretos asegura que se dan todas las condiciones para la insurrección

Las Provincias, 24-10-2006

Alerta policial en Francia. Ha pasado un año desde el estallido de violencia callejera en la periferia de París pero la situación apenas ha cambiado, y persiste el caldo de cultivo para la insurección. Los servicios secretos temen que se repitan los graves incidentes. El domingo un grupo de jóvenes incendió un autobús en las afueras de la capital. Los servicios de inteligencia han advertido al Gobierno francés de que todas las alarmas de un estallido de violencia están encendidas en los suburbios de las grandes ciudades, en especial, en la periferia de París. La alerta policial se produce en vísperas del aniversario de la ola de disturbios en los guetos étnicos del pasado otoño, en la que se ocasionaron destrozos por importe de 160 millones de euros durante tres semanas de crisis social que conmocionó a todo el país.

“La mayor parte de las condiciones que hace un año llevaron al estallido de la violencia colectiva en una gran parte del territorio metropolitano siguen dándose hoy”, valoran los Renseignements Généraux (RG, servicios de información) en una nota confidencial publicada ayer por el diario Le Figaro. El informe, fechado el pasado día 11, juzga que la actual situación en los arrabales ofrece una “calma aparente” que en todo momento puede degenerar en manifestaciones de guerrilla urbana.

Los especialistas instan a extremar las cautelas en Clichy sous Bois, localidad donde la muerte accidental de dos jóvenes que huían de un control policial fue la chispa que prendió el polvorín de la segregación social el 27 de octubre de 2005. “Hoy un cierto nerviosismo es muy perceptible en el seno de una parte de los jóvenes de la localidad”, escriben.

El final del ramadán y el inicio de las vacaciones escolares de Todos los Santos, que duran una decena de días, inquietan a los analistas policiales. “Numerosos jóvenes de los suburbios estarán ociosos y tendrán una mayor disponibilidad a cometer tropelías”, resaltan.

El pesimismo de los expertos se ve reforzado por el interés de los medios de comunicación en conmemorar con reportajes y balances el aniversario de los disturbios urbanos del año pasado. “Un rumor persistente parece indicar que los periodistas recorren los arrabales con el fin de recolectar informaciones sobre el estado actual de los barrios, contribuyendo de esta manera a atizar las tensiones”, indican los RG.

Escalada de tensión

Está comprobado que la emulación es un factor agravante en la escalada de tensión. Los alborotadores acostumbran a filmar los actos vandálicos y a difundir las imágenes por internet. Entre las bandas de incontrolados de las distintas barriadas se produce una especie de competición oficiosa de la destrucción. En las últimas semanas se han registrado anticipos de este fenómeno de violencia mediatizada, focalizada en las agresiones en plan emboscada urbana contra patrullas policiales aisladas.

El episodio más espectacular tuvo lugar el domingo por la tarde en Griny (en la afueras del sur de París) donde una treintena de encapuchados atacaron a los agentes y bomberos que acudieron al incendio provocado de un autobús de pasajeros, previamente evacuados a la fuerza. Un grupo de jóvenes obligó a los pasajeros a bajar del vehículo antes de prenderle fuego. El conductor fue internado en un hospital completamente conmocionado por el incidente.

Un importante dispositivo de seguridad se ha desplegado en estas zonas sensibles en los últimos días, por miedo a que la violencia estalle de nuevo coincidiendo con el primer aniversario de la revuelta callejera en los suburbios de París.

Francia, considerada por muchos un modelo en materia de integración, fue escenario de tres semanas de violencia que dieron lugar a más 9.000 automóviles incendiados y decenas de edificios públicos y sedes de empresas parcial o totalmente destrozadas.

“Se observa un atisbo de reactivación de las violencias urbanas tras la calma estival”, concluye la nota confidencial, tras enumerar 7.327 actos violentos en septiembre, 350 más que en agosto. Por consiguiente, los servicios de inteligencia temen ataques “no espontáneos sino estructurados” contra la policía, “uno de los últimos representantes institucionales aún presentes en ciertos sectores”.

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