AUTONOMICAS 1N / Inmigración y Cuarto Mundo

La inmigración como gran reto del siglo XXI

El Mundo, 24-10-2006

Cataluña se rejuvenece gracias al millón de inmigrantes que acoge. De ellos, más de 600.000 están en una situación de perfecta legalidad y ya se ha abierto la polémica sobre su derecho a voto. Las imágenes coparon las tertulias y provocaron un intenso terremoto político. La estampa de varios subsaharianos saliendo del Centro de Internamiento de Extranjería de la Zona Franca, en Barcelona, con una bolsa en que llevaban un bocadillo, una manzana y una botella de agua ponía de manifiesto que el fenómeno de los cayucos de las costas canarias no es exclusivo del archipiélago.


Tras aquel episodio, Joaquim Nadal, en funciones de portavoz de la Generalitat, mostró el malestar del Govern y afirmó que «aquello» no podía volver a ocurrir. «Aquello» era la llegada de medio centenar de inmigrantes indocumentados procedentes de un vuelo de Las Palmas sin previo aviso. Ni siquiera las ONG, que habitualmente acompañan a los inmigrantes en estos trámites, habían tenido conocimiento de su llegada.


«Estos hechos crean alarma social e indefensión», clamó entonces Nadal. Sin embargo, en aquel momento, en pleno agosto, Cataluña ya había acogido a 758 inmigrantes. Cruz Roja ratificó entonces este dato, y apuntó que grupos de entre 30 y 35 personas llegan a Cataluña cada 15 días procedentes de las Islas Canarias.


Sin embargo, los subsaharianos que llegan a Cataluña son sólo la punta del iceberg del problema de la inmigración. El pasado mes de julio, esta materia ocupó el tercer lugar en el ranking de preocupaciones de los barceloneses, por detrás de la inseguridad y el acceso a la vivienda, con un 10% de ciudadanos que expresaron su inquietud ante la llegada de foráneos.


La inmigración ilegal, que es la que encuentra mayores dificultades para integrarse en la sociedad, entra en España mayoritariamente a través del aeropuerto de Barajas y de la frontera con Francia.Así lo estima el secretario de inmigración de Comisiones Obreras, Gassán Saliba, que insiste en que «el peso de las llegadas en cayuco es insignificante». En 2005, representó tan sólo un 0,7% del total de la inmigración indocumentada y, en el presente año, este dato ha repuntado pero sin alcanzar el 5%.


Según CCOO, en lo que va de año han entrado en España ilegalmente 12.000 bolivianos, a los que no se exige visado de entrada si se presentan como turistas, con un billete de vuelta, una cantidad mínima de dinero en efectivo y una reserva en un hotel. La Jonquera y Hendaya es coto habitual de entrada de rumanos y búlgaros, a los que no se les pide visados a causa de la inminente entrada de sus países en la Unión Europea. El Sindicato Unificado de Policía insiste en que «el verdadero problema de la inmigración clandestina está en los aeropuertos».


Uno de los que se ha convertido en una puerta de entrada habitual es el de Girona, donde, según la Confederación Española de Policía, donde dos policías por turno controlan una media de 12.000 pasajeros diarios. Según este sindicato, este aérodromo se ha convertido en un coladero de inmigrantes que entran legalmente y luego se quedan residiendo de manera irregular o bien, aunque no tengan la documentación en regla, porque las instalaciones no cuentan con una sala de retornados y los policías no les pueden devolver a sus países, dado que para hacerlo tendrían que desplazarse a la comisaría más próxima, lo que es inviable debido a la escasez de plantilla.


Pese al constante degoteo de entrada de indocumentados a través de los Pirineos, Cataluña vio este año cómo, por primera vez, disminuía el número de inmigrantes ilegales residentes en el país. Esta caída fue de 18.000 personas, lo que supone un descenso del 8%, según un informe de la Fundació Jaume Bofill. Sin embargo, según el informe, el número de ciudadanos en situación de ilegalidad sigue en torno a los 280.000.


Los datos de esta entidad mostraban que a inicios de 2006, había en Cataluña 939.231 extranjeros empadronados, cinco veces más que en el año 2000, cuando el número era de 181.590. Eso implicaría que el 13,1% de la población de Cataluña es extranjera, cuando en 2005 este porcentaje suponía tan sólo el 11,4%.


Así pues, más de 600.000 inmigrantes viven en situación de completa legalidad en Cataluña. El país de origen con más presencia es Marruecos, con un 21% del total. De entre los inmigrantes en situación irregular, se estima que el 17% son menores de 15 años y más d ela mitad son latinoamericanos, pese a que éste es precisamente el colectivo con mayor disminución de irregulares. También los sin papeles africanos se han reducido, mientras que se han incrementado los procedentes de los países de Europa del este y los asiáticos.Según denunció la Fundació Bofill, se está alcanzando la creencia de que estar un tiempo sin papeles es un paso obligado para acceder a la regularización.


Además, la población extranjera es de media 11 años menor que la autóctona, con un predominio de los hombres sobre las mujeres.No obstante, la llegada de inmigrantes suele venir acompañada de un reagrupamiento familiar. En este sentido, los datos son concluyentes: la emisión de actas de reagrupación familiar de inmigrantes en Cataluña, que acreditan que un extranjero dispone de una vivienda habitable para acoger al núcleo familiar que desea traer de su país de origen, creció un 311% entre 2002 y 2004, periodo en que pasaron de 4.234 a 13.184.


Otro tipo de documento que aumentó en el último año fue el compromiso de invitación a extranjeros, por el cual una persona residente en nuestro país se obliga a garantizar alojamiento y sustento a un visitante que venga a España. La tramitación de este acto jurídico creció en Cataluña un 95,8% en 2005, pasando de los 11.475 registrados en 2004 a los 22.467 del pasado año, mientras en la demarcación de Tarragona fue donde aumentó más, un 296 por ciento, hasta los 2.252 documentos.


El boom migratorio ha tenido efectos muy notables tanto en la demografía catalana como en su economía. Con los colectivos de marroquís, ecuatorianos, chinos y rumanos a la cabeza, Cataluña ha superado durante el presente año la barrera de los siete millones de ciudadanos.


El Instituto Nacional de Estadística lo hizo público el pasado mes de julio. Las estadísticas mostraban que Cataluña es, con un 12,2%, la cuarta región con un mayor porcentaje de extranjeros, sólo por detrás de las Islas Baleares (15,6%), la Comunidad Valenciana (13,4%) y la Región de Murcia (13,3%). Las altas tasas de natalidad que se registran en estos colectivos ha devuelto a España la media de hijos de 1993, con 1,34 hijos por mujer. En Cataluña, el dato era concluyente: en el año 2005, el 20,9% de los nacidos en Cataluña tiene madre extranjera.


El pasado año fue el sexto consecutivo en que la fecundidad creció en España hasta situarse en los 1,34 hijos por mujer. A la cabeza de esta estadística – por detrás de Ceuta y Melilla, Murcia y Andalucía – está Cataluña, cuyo índice de fecundidad se sitúa en el 1,45. Pese a este repunte en el crecimiento demográfico, España sigue junto a Italia en la cola de la antigua Unión Europea de quince países en cuanto a número de hijos por mujer, donde la media es de 1,52.


Sin embargo, este año España se ha convertido en el país de la OCDE donde más ha crecido el número de inmigrantes. Ha igualado a Estados Unidos en cuanto al ritmo de extranjeros por año, ya que en ambos casos, el número de inmigrantes superó en 200.000 personas el número registrado en 2003. Esta alza supuso un 50% más de inmigrantes respecto a 2003, muy por delante de Italia (28%), Reino Unido (24%) o Alemania (15%).


Este impacto ha alcanzado también a la economía, donde destaca el hecho de que el 50% del crecimiento del PIB catalán durante los últimos años se debe a la inmigración, según estimaciones de Caixa Catalunya, que relacionó este crecimiento con el hecho de que el 88,1% del crecimiento demográfico en Cataluña se debe a la inmigración, por sólo un 11,9% de los nativos. La misma entidad asegura que, sin el papel de los inmigrantes, la economía española hubiera retrocedido desde 1995 y que el saldo anual, del 3,6%, hubiera sido negativo.


Pese a estos números, los partidos políticos han mantenido una tensa discusión en las últimas semanas sobre el derecho al voto de los inmigrantes. Unió Democràtica de Catalunya encendió la llama negando ese derecho «a quienes no conocen nuestra cultura», lo que le valió duras críticas del PP, que calificó de «racista» la afirmación, y ICV, que afirmó que los democristianos «atentaban contra la convivencia».


En juego están 600.000 votos, que serían casi un millón si los inmigrantes indocumentados vieran legalizada su situación.


LOS PRESIDENCIABLES Y LA INMIGRACION


CiU / Artur Mas


«Daremos ventajas a los recién llegados que acrediten su arraigo en Cataluña. Muchos países de la UE están aplicando medidas como ésta».


PSC / José Montilla


«Hay que recurrir a la inmigración si hay puestos de trabajo que la gente del país no cubre. La capacidad de Cataluña está rayando el límite».


PP / Josep Piqué


«La propuesta de CiU es un disparate. Quieren distinguir entre inmigrantes de primera y de segunda en función de si saben o no catalán».


ERC / Josep Ll. Carod – Rovira


«Cataluña no puede pagar la educación de toda Suramérica ni la sanidad de Africa. Hay que evitar la entrada masiva de inmigrantes».


ICV / Joan Saura


«La inmigración está siendo beneficiosa para Cataluña, ya que en caso de que no llegaran extranjeros, estaríamos en recesión económica».

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