INMIGRACIÓN

Los extranjeros empadronados en Gipuzkoa aumentan a una media de 3.000 personas al año

En los últimos cinco años la población inmigrante se ha triplicado, hasta llegar a las 24.516 personas. En 2005 firmaron 16.603 contratos de trabajo.

Diario Vasco, 23-10-2006

MIGUEL VILLAMERIEL/

SAN SEBASTIÁN. DV. La inmigración es un fenómeno imparable y Gipuzkoa no es ajena al aumento del flujo de personas que deciden dejar Suramérica, África o Asia para buscar un futuro mejor en la que consideran opulenta Europa. Euskadi no fue un destino preferencial en los primeros años de esta llegada multitudinaria, pero hoy la extensa mano de la inmigración llega a todas partes y en el último lustro Gipuzkoa ha entrado de lleno en las estadísticas de recepción de foráneos. Su número crece a una media de 3.000 nuevas personas cada año y ya se ha situado en los 24.516 extranjeros.

Esta cifra no incluye a todos los foráneos que pueden residir en Gipuzkoa en estos momentos, sino a los empadronados a principios de este año. Aún así, según afirma Antton Arka, técnico de inserción social del Ayuntamiento de San Sebastián, «el padrón es el dato más fiable para conocer el número de inmigrantes, porque cerca del 90% de las personas que vienen de fuera se empadrona. En los últimos años el padrón nos ha ofrecido unos datos de continuidad: en Donostia cada uño se inscriben unas 1.000 personas de forma sistemática, mientras que en toda Gipuzkoa suman 3.000 nuevas personas anuales».

Los padrones han registrado en el último lustro un incremento espectacular en el número de foráneos que fijan su residencia en Gipuzkoa. De los 8.856 extranjeros que había en 2001 se ha pasado a los 24.516 de 2006, lo que casi triplica el número en apenas cinco años. El aumento en cada año ha seguido una progresión casi matemática.

Los datos del padrón crecen a un ritmo mayor que los permisos de residencia porque «el empadronamiento es sólo un criterio de residencia. Tan pronto como una persona se aloja en una vivienda, puede inscribirse en él. Nosotros tratamos de informar a la gente que llega a la ciudad de que cuenta con esa opción. La regularización administrativa, mientras, suele ir más vinculada al empleo», señala Arka.

El 3,5% de la población

Los inmigrantes suponen ya el 3,5% de la población guipuzcoana, y este porcentaje aumentará en los próximos años. Las estimaciones del Gobierno Vasco apuntan a que los extranjeros supondrán el 10% de la población para 2020. En algunas comunidades españolas, como Madrid o Baleares, ya se ha alcanzado ese porcentaje, por lo que Euskadi sigue siendo una de las zonas con menor afluencia de inmigrantes.

Según los técnicos, «Gipuzkoa cuenta con unos niveles de presencia de población extranjera que muchas provincias envidian, porque se ven saturadas. Aquí tenemos la suerte de poder prepararnos con tiempo ante el aumento progresivo de este porcentaje, y en ello estamos».

Los datos muestran a las claras la tendencia receptiva del territorio, que acoge al 30% de los inmigrantes de todo el País Vasco por el 50% de Vizcaya y el 20% de Álava. Las cifras de empadronamiento siguen una tónica similar a las de afiliación de extranjeros a la seguridad social, que en los últimos cinco años también se ha triplicado, de las 3.977 personas de 2001 a las 12.532 de julio de 2006. En los datos de afiliaciones de personas extracomunitarias, sin embargo, el aumento se ha quintuplicado en el último lustro, de los 1.774 de 2001, a los 8.607 de 2006.

Aún así, muchos inmigrantes se enfrentan al problema de la precariedad laboral, por lo que un buen número de ellos requiere de ayudas sociales para subsistir. Antton Arka explica que «a los seis meses de empadronarse cualquier ciudadano puede acceder a las ayudas de emergencia social. A partir del año, puede optar a la renta básica. La financiación de estas ayudas depende del Gobierno Vasco, la Diputación delibera y los ayuntamientos las gestionan».

Ayudas sociales

El técnico donostiarra aclara que «las prestaciones sociales para los inmigrantes no pasan del 12% en Donostia, así que no se puede lanzar el mensaje de que acaparan todas las ayudas sociales, porque no es así. Desde el año 2005 estamos aplicando el plan Donostia Elkarrekin para contribuir a la adaptación de las personas foráneas que llegan a la ciudad».

El empadronamiento y la recepción de ayudas sociales puede convertirse en un seguro de vida para los inmigrantes que no tienen papeles en regla, ya que una persona que recibe una ayuda social no puede ser expulsada del país. «Existe el temor a pensar que empadronarse puede traer problemas si no se tienen los papeles en regla. El miedo a lo desconocido es normal cuando te trasladas a una cultura y un sistema diferente al que conoces, pero si la idea de la persona es arraigarse aquí, lo mejor que puede hacer es empadronarse», concluye Arka.

Los técnicos tienen claro que el inmigrante que recala en Gipuzkoa lo hace con la intención de conseguir un empleo, y en ningún caso con la idea de convertirse en receptor pasivo de ayudas. La gran mayoría de los que encuentra un trabajo lo hace en el sector servicios, que es el que más extranjeros absorbe, con casi 11.000 personas. En este apartado destacan la hostelería y el servicio doméstico, un nicho laboral monopolizado casi en exclusiva por mujeres suramericanas. Aunque muchas de ellas trabajan sin contrato laboral ni alta en la seguridad social, por lo que no quedan registradas en los informes.

A los servicios le sigue el sector de la construcción (3.273 contratos) y la industria (1.909), mientras que la agricultura cierra la lista con 454 empleados. Este último dato contrasta con otros territorios, donde la mano de obra extranjera es muy abundante en agricultura.

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