"Me quedé sorprendida de lo fácil que resultó matricular a mi hija en un centro escolar"

la madre de una niña hondureña de cinco años explica cómo fue el proceso de escolarización

Diario de noticias de Gipuzkoa, 23-10-2006

la madre de una niña hondureña de cinco años explica cómo fue el proceso de escolarización

En primer plano, una niña inmigrante, en una clase donde cursan el modelo D.Foto: javier bergasa


donostia. “Me quedé sorprendida de lo fácil que resultó matricular a Ángela”. Enma es la madre de Ángela Bepsaida Cruz López, una niña de cinco años que, en la actualidad, cursa 1º de Primaria en el Colegio Presentación de María de Donostia.

“Ella llegó el 23 de junio y acudimos al centro en septiembre. Ellos hicieron todo el papeleo, nosotros sólo tuvimos que presentar el acta de matrimonio, la cartilla de nacimiento de Honduras y el pasaporte”, explica Enma, quien reconoce que, en primer lugar, barajó el colegio San José “porque allí la mayoría son latinos”. Sin embargo, para Enma la integración de su hija es lo más importante y, por eso, buscó un lugar en el que pudiera “compartir la vida en sociedad como una más”. Ángela entró en el modelo B y, aunque al principio “le costaba mucho y quería cambiarse a un colegio en el que hablaran español”, ahora es capaz de mantener una conversación normal en euskera.

Enma asegura que desde el centro todo han sido facilidades, la única pega es que la pequeña Ángela ha comenzado a echar de menos su tierra natal. "Está distraída y no hay día en el que no piense en volver a casa. “Yo no quiero que pierda su identidad y así se lo digo, pero también debe acostumbrarse a vivir aquí”, mantiene su madre.

Experiencias “irregulares” Y es que no es fácil, aun compartiendo el idioma, llegar a un sitio desconocido y adaptarse. Pero hay casos especiales en los que, quizá porque no están contemplados, resulta más difícil continuar estudiando, como son los integrados más allá de la Enseñanza Obligatoria. Xinemi García tiene 17 años. Llegó el pasado 5 de septiembre, después de acabar el bachillerato en su país natal, México. Venía dispuesta a repetir el último año porque el plazo para realizar la selectividad ya se había acabado.

Según relata su tía, Victoria Mendoza, residente en Irun, acudió a un centro en el que no le dejaron repetir el curso porque “le hicieron ver que su nivel era más bajo”, una afirmación que Mendoza, psicóloga educativa desmiente.

Después de acudir a Educación para evitar que García perdiera un año sin estudiar, consiguieron matricularla en el Ama Guadalupeko Ikastetxea de Hondarribia. “Sólo puede cursar tres clases y al resto tiene que ir de oyente”, afirma su tía, quien añade que todavía desconoce si a Xinema Educación le convalidará el bachillerato que cursó en México.

Para Mendoza tampoco es suficiente el impulso que se da al aprendizaje en euskera. “En América si llega un extranjero le implantan seis meses intensivos de inglés para que aprenda. Aquí hay una falta de orientación total sobre los modelos educativos”, critica Mendoza, quien resume todo este problema con la afirmación: “Todavía siguen existiendo situaciones de irregularidad en torno a la comunidad inmigrante”, sostiene. >a.u.s.

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