Los 'zares' de la inmigración, al asalto del Gobierno israelí

El Mundo, 23-10-2006

El ultraderechista ruso Lieberman sondea una alianza con el oligarca moscovita Gaydamak Israel podría convertirse en el primer país gobernado por un sector de su inmigración si continúa el deterioro de los partidos y prospera la alianza que parecen tejer el ultraderechista ruso Avigdor Lieberman, defensor de la limpieza étnica consagrado en los últimos comicios, con el oligarca moscovita Arcadi Gaydamak, perseguido por la Justicia francesa por fraude y tráfico de influencias y asentado desde 2000 en Israel, donde se ha convertido – a golpe de talonario – en una de sus figuras más influyentes y potencial candidato.


El Yediot Ahronot ha destapado los contactos entre Lieberman, líder de Israel Nuestra Casa (11 escaños), y el multimillonario dueño del club de fútbol Beitar Jerusalén, destinados a convencerle de crear su propio grupo político.


Liberman cree que, junto a Gaydamak, tendría la mayoría parlamentaria: según los sondeos, si hoy hubiera elecciones su partido obtendría entre 20 y 22 escaños mientras que una formación del oligarca lograría ocho. Los votos no sólo vendrían del sector ruso, una importante fuerza social en Israel – hay 1,3 millones de inmigrantes judíos de la antigua URSS, 740.000 de ellos con derecho a voto, lo que supone el 15% del electorado – , sino también de la derecha desencantada con Kadima, en el poder, y con el Likud, el partido mejor situado en las encuestas.


«Sería bueno que Gaydamak optara a la Knesset (el Parlamento) porque es un hombre creativo y poco convencional. En la política israelí, se está perdiendo a la gente seria», afirmó Lieberman tras la información publicada sobre su intención de formar junto al oligarca, un bloque de extrema derecha que ganaría al Likud.


El ultraderechista trató de disipar los rumores sobre su supuesto plan para abordar el poder. «No hay ninguna maniobra. No es algo contra el Likud». Y sin embargo, lo es. Hace escasos meses su líder, Benjamin Netanyahu, tanteaba infructuosamente a Gaydamak con el mismo fin demostrando que, pese a su historial, el ruso se ha convertido en codiciada compañía de viaje para los políticos israelíes.


Refuerzo de contactos


Gaydamak se siente cómodo en Israel, cuya Justicia rechaza extraditarle. Promotor de numerosas organizaciones caritativas, en verano reforzó su imagen gracias a su inversión en la guerra del Líbano: destinó 12 millones a alojar a las familias que huían de los cohetes de Hizbulá.


La alianza entre los dos zares no tendría más importancia si no fuera por la relevancia que el primer ministro da a Lieberman, defensor de la ejecución de los diputados árabes del Parlamento hebreo. A principios de octubre, Ehud Olmert – jefe de un gobierno de coalición respaldado por 67 de los 120 diputados, una mayoría hipotecada a los laboristas – reforzó los contactos para atraerle al Gobierno. Oficialmente el objetivo sería reforzar el Gabinete; extraoficialmente, remarcar su carácter derechista y evitar las presiones de la izquierda. Los contactos entre Lieberman y Olmert se reanudarán estos días, y todo indica que derivarán en acuerdo. Mientras, Amir Peretz, el líder laborista, se moviliza para evitar la entrada del ruso en la coalición.

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