Malestar entre los jefes militares de Canarias por el mando de un general de la Guardia Civil
ABC, 22-10-2006CRUZ MORCILLO
MADRID. No es el primer enfrentamiento entre altos cargos del Ministerio del Interior y Defensa – tampoco en Canarias – pero sí el de mayor calado en los últimos meses. El motivo es el nombramiento por parte del Gobierno de un general de división de la Guardia Civil (Cándido Cardiel) para coordinar «todas las actuaciones operativas relacionadas con la inmigración ilegal en y hacia las Islas», incluidas las que desarrollan las Fuerzas Armadas (FAS) y otras en las que podrían participar en los próximos meses, según recoge la orden ministerial publicada el pasado 10 de octubre.
La reacción de los mandos militares de los tres Ejércitos no se ha hecho esperar y ya han mostrado sus reticencias a someterse a estas órdenes y han pedido explicaciones a Interior por lo que consideran una «humillación», según han confirmado fuentes del Ministerio consultadas por ABC. El argumento esgrimido, impecable desde el punto de vista formal, es que los responsables de las Fuerzas Armadas en Canarias tienen una graduación igual o superior al cargo designado por el Gobierno – Cardiel es el actual subdirector general de Apoyo del Instituto Armado – . El jefe del Mando en las Islas es el teniente general del Ejército de Tierra Emilio Pérez Alamán, nombrado el 14 de mayo de 2004 y que está a punto de pasar a la reserva; al frente del Mando Naval figura un almirante y el mando del Aire aunque tiene el mismo rango que Cardiel es más antiguo, de ahí el resquemor.
«Una aberración»
El teniente general Pérez Alamán – máximo grado en el Ejército de Tierra por debajo del Rey – se reunió con el «mando único» de inmigración nada más conocerse su nombramiento para que le explicara el alcance de la orden ministerial. Y no sólo a él. Cardiel ha mantenido reuniones con cada uno de los responsables de las Fuerzas Armadas en Canarias para contarles la encomienda y, sobre todo, «para pedirles su colaboración» en la lucha contra la inmigración ilegal, señalan fuentes de Interior.
«Para un militar es una aberración estar bajo el mando de alguien con menor graduación, aunque pertenezca a la Guardia Civil que también es un Cuerpo militar. Se ha quebrado el principio de jerarquía y mando. Este conflicto de competencias se podría haber evitado con nombrar a un cargo político, dado que en el Instituto Armado no hay tenientes generales», afirma un experto en Defensa.
El nombramiento tal y como está redactado en la orden ministerial – «oficial general de la Guardia Civil nombrado al efecto que dependerá directamente del director general de la Policía y Guardia Civil» – se tacha por las fuentes consultadas de «torpeza». «Los mandos militares habrían aceptado un cargo político sin más, aunque lo ocupara un comandante – ironizan – , pero los términos son inapropiados».
No obstante, la razón argüida por Alamán y sus compañeros con ajustarse a la realidad se considera un pretexto, dados los antecedentes en las relaciones en asuntos de inmigración en Canarias; primero fue a cuenta de la operación «Noble Centinela» y recientemente a raíz de los acuartelamientos militares, usados como centros de internamiento para los miles de «sin papeles» llegados este verano.
Cuando se gestó la «Noble Centinela», un servicio de vigilancia marítima más allá de las aguas jurisdiccionales en el que participan cuatro buques de la Armada y tres aviones militares y que tiene como objetivo alertar de los cayucos que se aproximan a Canarias, ya se produjo un rifirrafe entre Interior y Defensa a cuenta de quién tenía competencia para interceptar las barcazas clandestinas.
Ahora, con el nombramiento del «mando único» y la creación del centro de coordinación regional de Canarias (CCRC) la función de dirigir las actuaciones de las Fuerzas Armadas también es competencia de Cardiel (a través del Mando Naval de las Islas) y no se descarta que en futuros operativos participen aviones militares.
Respecto a los campamentos temporales de acogida, la llamada operación «Alfa – India» capitaneada por el Ejército de Tierra, tampoco ha estado exenta de polémica. El centro regional recién creado será el encargado de coordinar el apoyo logístico en un intento de evitar situaciones de tensión como las que ya se han producido. La más reciente tuvo lugar hace poco más de tres semanas debido a las fugas de inmigrantes detectadas en el acuartelamiento tinerfeño de Las Raíces, que fue habilitado para acoger a 700 personas y ha llegado a albergar a seis mil.
Pase inminente a la reserva
Los policías que custodian a los internos denunciaron que los militares que vigilan la entrada negaban el acceso a los evadidos que regresaban; que los agentes tenían que enseñarles cada día su DNI y que habían llegado a cortar la electricidad del viejo cuartel. Por si no hubiera suficiente, el sindicato más numeroso de la Policía (SUP) pidió la dimisión del jefe del Estado Mayor del Mando de Canarias por un incidente previo: el traslado de un grupo de africanos a unos pabellones que suelen utilizar los soldados para dormir cuando están de guardia.
Las diferencias no han hecho sino agrandarse. Algunos creen que la solución vendrá de la mano de Cardiel, a quien definen como un general de división «muy preparado» y «negociador», con buen predicamento dentro y fuera del Cuerpo, que «debe imponerse».
La segunda vía es menos suave y pasa por el relevo del teniente general Alamán, que fue el encargado del repliegue de las tropas de Irak. Su pase a la reserva por edad es inminente por lo que el Ministerio de Defensa ya le está buscando sucesor. La pretensión, según las fuentes consultadas, es que el aspirante presente un perfil más «actual» y acorde a la autoridad única en inmigración.
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