Madrid – Apenas han cumplido unas horas de vida, pero sus destinos ya están
marcados. No tendrán sueños que cumplir ni harán planes de futuro, pues no
les espera ninguno. Porque dos millones de niños mueren cada año en su
primer día de vida. Así lo confirma el séptimo informe anual «Estado
Mundial de las Madres 2006» presentado ayer por la ONG «Save the
Children», en un acto al que asistió la ministra de Sanidad, Elena Salgado.
   Alrededor del 99 por ciento de estos fallecimientos tiene lugar en países
en desarrollo, especialmente en el África Subashariana, donde carecen de
acceso a los servicios sanitarios básicos. Sin embargo, lo paradójico de
las estadísticas radica en que la mayoría de estas muertes se producen por
causas totalmente previsibles y controlables, como infecciones,
complicaciones durante el nacimiento y bajo peso al nacer.
   Un
problema que se resolvería a través de técnicas de bajo coste como vacunas
o tratamientos para infecciones con las que se podría reducir el número de
muertes en un 70 por ciento. «Salvar vidas depende de de la voluntad
política que dediquemos» argumentó Salgado. La ONG destacó a su vez que la
principal preocupación en salud materno – infantil en España son las madres
y niños inmigrantes, un colectivo que representa una alta tasa de
interrupción de embarazo, puesto que el 50 por ciento de los abortos en
España se practica a mujeres extranjeras. La tasa de fecundidad también es
mayor en las inmigrantes, pues el 15 por ciento de los bebés que nacen en
nuestro país son hijos de extranjeros.