Zapatero vuelve a toparse con el escaso entusiasmo de la UE sobre inmigración
ABC, 21-10-2006El presidente subraya que Europa sólo debe aceptar a los emigrantes que lleguen de forma legal y ordenada
LUIS AYLLÓN. ENVIADO ESPECIAL
LAHTI. Los líderes europeos volvieron a escuchar ayer a un José Luis Rodríguez Zapatero seriamente preocupado por el problema de la inmigración ilegal. El presidente del Gobierno lleva un año buscando la solidaridad de sus socios comunitarios y ayer expuso las ideas para las que espera encontrar respaldo en el Consejo Europeo de diciembre. Pero de momento, algunos, como el francés Jacques Chirac, le siguen recriminando la regularización masiva de inmigrantes en España que hizo al llegar al Ejecutivo.
La reunión extraordinaria de jefes de Estado y de Gobierno de Lahtí tenía como objetivo central abordar el problema energético y las relaciones con Rusia, pero a Zapatero le quedó el resquicio de presentar sus propuestas a los postres del almuerzo, respondiendo a una petición de la Presidencia finlandesa de la UE. El presidente del Gobierno era consciente de que no iba a observar un gran entusiasmo por parte de la mayoría de sus colegas, pero aún confía en que, de aquí a diciembre, haya algunos que se sumen a los siete mediterráneos con los que suscribió una carta llamando la atención sobre el problema.
No será, sin embargo, una tarea fácil, porque, incluso entre los firmantes de la citada carta, algunos no le prestan mucha ayuda. Así, el presidente francés, Jacques Chirac, manifestó expresamente, tanto dentro como fuera de la reunión, su respaldo al ministro del Interior, Nicolás Sarkozy, que había criticado duramente la política migratoria de Zapatero. «No vamos a juzgar las políticas de regularización que realiza tal o cual país. Se hacen por razones morales o políticas que sólo a ellos les afectan. Pero todos los países que están en Schengen sufren las consecuencias que comportan estas regularizaciones», advirtió ante los periodistas.
Necesidad de mayor solidaridad
También el primer ministro finlandés, Matti Vanhanen, al tiempo que habló de la necesaria solidaridad europea, reclamó acuerdos entre las diferentes políticas migratorias.
El propio presidente del Parlamento Europeo, José Borrell, reconoció implícitamente la existencia de esas críticas a Zapatero, al asegurar en su intento de apoyarle, que ya estaba bien de reprocharse unos a otros las políticas migratorias, cuando no se hace nada por poner en marcha las políticas comunes ya existentes.
Ayer, el presidente del Gobierno, dejó sobre la mesa una serie de propuestas para afrontar lo que considera un «problema estructural» de la UE, indicando que Europa necesita inmigrantes , pero advirtiendo, al propio tiempo, de que «los que lleguen a trabajar deben hacerlo ordenadamente, llamando a la puerta y no de manera clandestina». En esa línea, ayer propuso que se creen oficinas europeas de empleo en los países de donde procede la inmigración.
Además, apuntó la posibilidad de que se estudie la modificación del derecho humanitario del mar – una tarea muy compleja – con el fin de que los inmigrantes clandestinos rescatados en el mar puedan ser devueltos al país de donde proceden y no al de la bandera del buque en el que viajen.
(Puede haber caducado)