Cuando los pensionistas suponen ocho millones de votos
El Mundo, 21-10-2006El provocador economista Sala Martín dice que no se cambia el sistema por el «desmesurado» poder político de los jubilados Con ocho millones de votantes, perdón, de jubilados ¿quién se atreve a ponerle el cascabel al gato? Porque, básicamente, el problema de meterle mano a las pensiones es que si se tocan, este poderoso colectivo puede castigar severamente al candidato de turno en las urnas.
El poder político de los jubilados es «desmesurado». Con este epíteto, Xavier Sala Martín, el provocador economista que hace unos días sacó de sus casillas al aspirante a presidir la Generalitat, José Montilla, durante una entrevista, argumentó el por qué ningún gobernante quiere «tocar» las prestaciones de los mayores por temor a «perder sus votos». «A los jubilados sólo les interesa una cosa, la pensión, y votan en consecuencia. Eso les da un poder que no tienen los jóvenes. Los políticos tienen que hablar de pensiones si quieren los votos de los ancianos». Sala Martín, dixit.
La teoría del economista, quien ayer cerró las jornadas sobre los efectos económicos y sociales del envejecimiento de la población organizadas por el Círculo de Empresarios, es que mientras no se entienda el poder político de este «lobby de ancianos» con alto poder adquisitivo, no se podrán estudiar las consecuencias de lo que él llama «tsunami demográfico».
Reducir sus salarios
Ni inmigrantes, ni subir las cotizaciones, sino retrasar la edad de jubilación para garantizar la viabilidad del sistema. Una propuesta que cada vez más expertos ponen encima de la mesa.
Para ello, en su opinión, hay que «reinventar el concepto de jubilación» y buscar nuevas estructuras salariales que sean aceptadas por los empresarios, que ven con reticencias a estos profesionales porque «con los años, su productividad es menor pero ganan más». Sala Martín propone reducir sus sueldos, cobrar las pensiones y la nómina a la vez o trabajar a tiempo parcial.
Minutos después de su intervención, el ministro de Trabajo, Jesús Caldera, clausuraba estas jornadas en las que durante dos días expertos de todo el mundo no han dejado de insistir en que el sistema de pensiones español no es sostenible, ni con inmigrantes.
Pero para sorpresa de los asistentes, Caldera negó la mayor. No sólo no hay problemas de financiación de las pensiones, sino que hay superávit, y por muchos años, al menos, hasta 2036.
El titular de Trabajo dijo que la Seguridad Social registrará un excedente en los próximos 10 años, lo que permitirá al sistema soportar un déficit de medio punto del PIB en las dos siguientes décadas. Según el ministro, en 2007 el Fondo de Reserva contará con una dotación de 40.000 millones, lo que, en su opinión, demuestra que el sistema está «saneado».
A su juicio, la sostenibilidad de las pensiones está asegurada gracias a las políticas para fomentar el empleo femenino, a la regularización de inmigrantes, a la prolongación de la edad de jubilación, a la reforma laboral y la Ley de Igualdad.
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