Sonidos del mundo
El Mundo, 20-10-2006Vienen de todas partes del mundo. De la altiplanicie andina, de las cálidas tierras africanas o del convulso oriente. Pero todos ellos tienen algo en común, algo que les une y les hermana.Se llama música y es ese lenguaje universal que no sabe de guerras ni fronteras.
En una Cataluña cada vez más permeable a las migraciones y a la llegada de ciudadanos procedentes de todos los confines del planeta, la música se revela, cada vez con mayor intensidad, como una más que valiosa herramienta, no sólo de difusión, sino de auténtica integración cultural.
Este es el planteamiento que, desde hace un tiempo, se vienen formulando instituciones como la Fundació La Caixa o el Auditori de Barcelona, que fijan entre sus objetivos prioritarios realizar una especial incidencia en el papel que puede jugar esta expresión artística de cara a facilitar la incorporación a los distintos colectivos de inmigrantes la vida social y cultural de la comunidad que les acoge.
Así, mientras el Auditori barcelonés apuesta por una política de apertura de puertas a través de la diversificación de contenidos y entradas subvencionadas, la Obra Social de la Fundació La Caixa lleva ya dos años embarcada en un ambicioso proyecto titulado Diversons. Una plataforma de difusión para que artistas procedentes de distintas partes del mundo puedan mostrar la música de su tierra a la sociedad española. Y ésta, a su vez, tenga también la oportunidad de conocerles a ellos.
Gaddafi viene de Lima, Perú, y Christian, de San Antonio, en el litoral chileno. Octavio nació en Guinea Bissau y Ellen, en Canadá. Los unos hacen música andina; el otro lidera una formación de cálidas y rítmicas sonoridades africanas. Ella encabeza un proyecto destinado a indagar en las raíces de la música judeo – arábica.
A lo largo de todo el presente año, todos ellos – junto con otras diez formaciones – han tomado parte en el proyecto Diversons, una iniciativa que viene promoviendo desde 2004 la Obra Social de la Fundació La Caixa y que tiene como objetivo fomentar la integración y el diálogo entre culturas.
Para ello, la entidad formula una convocatoria anual a solistas y grupos cuyo repertorio se centre en la música de raíz o de inspiración tradicional, a los cuales ofrece la posibilidad de participar en una amplia gira de conciertos por distintas ciudades de España.
La propuesta ha tenido una extraordinaria acogida, hasta el punto que después de dos años de rodaje en Cataluña, en su última edición se ha abierto a grupos de todos los puntos de la geografía española.Casi 250 formaciones respondieron a la propuesta, de las cuales algo más de una quincena tendrán la posibilidad de mostrar sus raíces musicales a lo largo de todo el próximo año.
«Este es un proyecto destinado a promover la integración de las distintas culturas que conviven en nuestro país a través de la música. Y lógicamente, este es un objetivo multidireccional», apunta Núria Oller, responsable de Diversons.
«Por un lado – añade – , se busca ofrecer a estos grupos una plataforma para consolidar su proyecto artístico y, por otro, que su música llegue a todo tipo de público. Pero la idea es que a estos conciertos no sólo acudan espectadores locales, sino también los colectivos de inmigrantes, habitualmente muy alejados de estos circuitos».Por lo mismo, Diversons apuesta por actuaciones gratuitas y al aire libre, «para facilitar el acceso de un público que a lo mejor a un espacio cerrado no iría», argumenta Núria Oller.
Uno de los grupos que este año protagonizó uno de los 150 conciertos de Diversons fue Sakapatú, una formación que hermana, por encima de diferencias históricas, a músicos chilenos y peruanos. Sus siete integrantes, todos músicos en sus países, llegaron a Barcelona con el nuevo siglo. Aquí se conocieron y aquí formaron un conjunto al que Diversons ha dado la posibilidad de consolidarse profesionalmente.Este año ofrecieron 15 conciertos y tienen 80 más en perspectiva, en el marco de un programa pedagógico de la misma entidad. También preparan material para su primer disco.
«Diversons nos ha permitido hacer lo que todos vinimos a buscar a Barcelona: formar un grupo. Ahora éste es un proyecto con futuro, hasta el punto de que hemos formado una sociedad para afrontar el trabajo que tenemos por delante», cuentan.
El guineano Octavio Sana lleva 20 años en España y desde hace ya tiempo que deleitaba a los clientes de su restaurante Bantaba con cocina y música africana. En 2003 creó su Mixtura Negra, un sabroso y multinacional combinado musical. Convencido del poder integrador de la música, Octavio recuerda con especial emoción un concierto de Diversons en Fuerteventura: muchos de los que estaban allí habían llegado en patera.
«Estoy convencido de que este proyecto ayuda a la gente a conocerte mejor y a borrar prejuicios. Porque cuando cantas una canción en la que hablas de una madre, ven que tú tienes los mismos sentimientos que ellos», afirma el artista.
En 1998, la cantante, actriz y escritora canadiense Ellen Gould vino a España en busca de sus raíces sefardíes. Tiempo después, en Barcelona, creó Mashalá!, una formación de repertorio sefardí y mizrahi, en la que militan un marroquí, un italiano y un venezolano, además del conocido multiinstrumentista chileno Lautaro Rosas.
Para ella, la palabra que mejor define a Diversons es «esperanza».Esperanza profesional para los grupos y también para transmitir, a través de la música, un mensaje de paz de cara al futuro. «La música es una llave que abre corazones y en la que siempre hay algo común para todos», opina.
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