ERENA CALVO

LAS PALMAS. Primero se dudó si se les dejaba o no acercarse a puerto; después se permitió el amarre del pesquero y varias horas más tarde el desembarco de sus pasajeros, que fueron recluidos en una nave del muelle. Esas fueron las primeras horas del barco – chatarra «Al – Mari» en territorio español, adonde llegó el 14 de septiembre. Ese tiempo inicial estuvo rodeado por la polémica de si sus 165 pasajeros clandestinos de origen asiático eran inmigrantes o náufragos. La opción fue la primera y la Policía durante la identificación concluyó que la mayoría procedían de Pakistán, aunque había otro grupo de India y Sri Lanka.

Ayer, estaba previsto que treinta de estos inmigrantes procedentes de estos dos últimos países fueran enviados a la Península, en concreto a Madrid, según informó a ABC Juan Pablo González, secretario regional del SUP en Canarias. El traslado se debe a que la próxima semana los pasajeros del «Al – Mari» cumplen los cuarenta días de internamiento que prevé la ley de Extranjería.

Sólo veinte reconocidos

La mayoría de sus compañeros de viaje permanecen aún en el acuartelamiento de Las Raíces en Tenerife, adonde fueron conducidos después de pasar cerca de tres semanas en la nave provisional del puerto habilitada como enésimo centro de internamiento. En la isla quedan unos 110 asiáticos del pesquero, casi todos paquistaníes, según fuentes policiales.

No obstante, el mes pasado un equipo de expertos designado por la Embajada paquistaní sólo identificó como súbditos a veinte inmigrantes del buque y aseguraron que los 145 restantes no procedían de ese país. Con Pakistán no existe convenio de repatriación, pero su Gobierno admite por lo general a sus nacionales cuando han sido perfectamente identificados, según confirmaron fuentes policiales. No ha sido el caso de la mayoría del pasaje del barco – chatarra, que sigue a la espera de que se cierre un acuerdo.

El delegado del Gobierno en Canarias, José Segura, aseguró la semana pasada que Interior estaba ultimando las negociaciones y que todo apuntaba a que este centenar de inmigrantes serían repatriados «pese a la complejidad». Desde el Ejecutivo se esgrime como argumento los 4.000 senegaleses que ya han sido repatriados en poco más de un mes.

Pero Senegal no es el único destino. Ayer, el Gobierno tuvo que volver a pisar el acelerador, dado que cumplían el internamiento otros 300 subsaharianos – 600 desde el viernes sólo en Tenerife, según el SUP – . Esa fue la cifra enviada en varios vuelos a Madrid y Málaga.