MERCEDES GALLEGO/CORRESPONSAL. NUEVA YORK
Nunca se sabrá su nombre ni su origen, pero el habitante número 300 millones de Estados Unidos, que según las proyecciones estadísticas habría nacido hoy a las 7.46 hora del Este – 1.46 de la madrugada española – , vivirá en el tercer país más poblado del mundo, después de China e India, gracias a la contribución de los 40 millones de inmigrantes – legales e ilegales – , que divide al país. Los emigrantes suponen el 12% de la población total, más del doble que cuando el país volvió la esquina de los 200 millones en 1967. De los 12 millones que no tienen papeles, más de la mitad son mexicanos, lo que explica que Los Ángeles sea la metrópolis más poblada del país.

Para algunos, la fertilidad estadounidense garantiza su crecimiento económico frente a la vieja y estancada Europa, donde los trabajadores se preguntan quién pagará su jubilación. Para otros, el crecimiento desmedido se ha convertido en una plaga que destruye el medioambiente y acapara recursos naturales a un ritmo sin precedentes. Pese a representar el 4% de la población mundial, Estados Unidos consume el 25% del petróleo del planeta y arroja a la atmósfera un cuarto de las emisiones de dióxido de carbono que se responsabilizan del cambio climático.

Si se atiende a las estadísticas, a ese niño que sin saberlo aparece hoy en los periódicos de medio mundo no le espera una vida tan mala como vaticinan los más alarmistas. En comparación con el país que se encontrase el niño 200 millones hace 39 años, su esperanza de vide es de 78 años, siete más. Tiene un 85% de posibilidades de acabar la educación media, frente al 55% de entonces, y un 45% de tener carrera universitaria, frente al 34%. Su país produce una economía de 12 billones anuales, doce veces mayor que la de su predecesor, y tiene un 69% de posibilidades de ser propietario de una casa.

Sociedad joven

Y si resulta ser niña, sus posibilidades de incorporarse a la fuerza laboral han pasado del 43% al 59%. Incluso el que marque el número 400 millones, que al ritmo actual de una persona más cada once segundos nacerá en el 2043, seguirá viviendo en una sociedad joven donde los menores de 18 años superen a los mayores de 65, no le garantizará una pensión. Los cálculos son que a partir del año 2030 el sistema de seguridad social estadounidense no pueda seguir pagando cuotas a los jubilados, si no se cambia el sistema de financiación.