AUTONOMICAS 1N / Los compromisos de los nacionalistas
Mas se lanza a la conquista del 'cinturón rojo' prometiendo no discriminar por idioma u origen
El Mundo, 17-10-2006DANIEL G. SASTRE
CORNELLA.- Acusa a Montilla de «dividir a los catalanes» y tratar de provocar «un conflicto lingüístico» Como si no jugara en territorio enemigo, Mas apareció ayer en el cinturón rojo de Barcelona para vender su producto en el feudo de José Montilla. Adoptó, eso sí, algunos de los dejes de los socialistas, y centró su discurso en explicar a los congregados, jubilados en su gran mayoría, que Cornellà, como Ripoll o Solsona, también es Cataluña, y que los castellanohablantes también tienen su hueco bajo el sol en el país de las cuatro barras. Terminó el mitin en plan Alfonso Guerra, quitándose la americana y arengando en mangas de camisa.
Le ayudó el intenso calor que hacía en el pabellón deportivo Almeda, que también soliviantó a muchos de los octogenarios asistentes.En esas circunstancias, Mas expuso su teoría de cómo se ha formado Cataluña a lo largo de los siglos. Primera – y más importante – etapa: la Edad Media. «Hace 1.000 años, nació una identidad, un idioma, una primera cultura». Algunas centurias después, llegó «la modernización del país, que trajo industrias y sindicatos», convirtiendo a Cataluña en «el lugar más moderno de la Europa del sur».
La tercera etapa en la formación del espíritu catalán fue «la inmigración» del siglo pasado, la que trajo a gente como la familia de la esposa de Mas, cosa que el candidato se ocupó de recordar.«Todo esto es Cataluña, lo sabemos, y así la queremos», proclamó.El líder de CiU terminó la parábola comparando «al país» con un delta «formado a partir de pequeños sedimentos que transporta un río».
Mas aprovechó lo que acababa de decir para arremeter contra el candidato socialista, José Montilla, por «tratar de dividir al pueblo en función del origen o la lengua». Se refería al polémico episodio del cara a cara televisivo entre ambos, que sigue en el aire. El candidato de CiU acusó a Montilla de «tratar de crear un conflicto lingüístico» por querer que el debate fuera en castellano.
«Le digo a Montilla: un candidato a la presidencia de Cataluña no puede dividir al pueblo, lo que tiene que hacer es unirlo», añadió. Posteriormente, se dedicó a repetir el mantra de CiU: que el 1 de noviembre se elige entre ellos o el tripartito, que ahora lo que hace falta es «un gobierno fuerte» y que no pactarán con el PP por haber «utilizado a Cataluña».
Promesas que Mas ya había adelantado por la mañana, cuando firmó solemnemente ante notario un documento que será enviado a 5,3 millones de electores catalanes – «Montilla incluido», recordó – que recoge 21 compromisos. Entre otras cosas, dice que si gobierna, CiU controlará más la inmigración, «porque aquí no caben todos».
Se hará mediante un «contrato de derechos y deberes» para los nuevos inmigrantes, que incluye «un sistema de puntos o créditos» que «ordenará el acceso a determinadas ayudas públicas».
El presidente de la federación nacionalista adelantó incluso el dinero que costaría llevarlos a cabo: 1.200 millones de euros.Son promesas a cumplir durante toda la legislatura, en los próximos cuatro años. «Después, la gente podrá pasarnos cuentas», afirmó Mas.
Entre otras cosas, el documento recoge la supresión del impuesto de sucesiones y donaciones, e insiste en la polémica promesa de premiar a los catalanes que «acrediten el conocimiento de un tercer idioma».
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