EL PAÍS ANDINO ACUDE A LAS URNAS. LOS COMICIOS EN ESPAÑA

Los ecuatorianos votan en masa en BCN por miedo a sanciones

Las mujeres hicieron hasta cuatro horas de cola para emitir su sufragio. Otras quejas de los inmigrantes fueron la falta de información y la lentitud del proceso

El Periodico, 16-10-2006

JOSEP M. BERENGUERAS
BARCELONA

Aglomeraciones, confusión, caos. Largas colas, calor sofocante y poca información. Y todo por el temor generalizado a ser multado si no se votaba. Es el resumen de una jornada histórica, la primera vez que los ecuatorianos pudieron votar fuera de su país natal.
Pero lo que tenía que ser una jornada festiva, acabó convirtiéndose en una auténtica procesión, donde la falta de la información enojó a una comunidad que acudió en masa a las urnas. Más de 90.000 ecuatorianos tenían derecho a voto en nuestro país, previo registro en el padrón electoral, y se habilitaron colegios en las cuatro ciudades: Madrid, Barcelona, Murcia y Valencia.

LARGAS COLAS
La jornada electoral comenzó a las siete de la mañana, con los electores más previsores. Las primeras horas transcurrieron con relativa tranquilidad hasta que, hacia las nueve, la afluencia de votantes empezó a formar las primeras colas, que ya no desaparecieron hasta que se cerraron las urnas, a las cinco de la tarde, tal y como estableció el Tribunal Supremo Electoral.
En Barcelona, el calor fue asfixiante. Casi 17.000 ecuatorianos tenían derecho a voto, y las colas que se formaron hicieron que algunas electoras -las filas de hombres y mujeres estaban separadas- tuvieran que esperar casi cuatro horas para votar voluntariamente.
Porque la confusión sobre si votar era o no obligatorio, reinó durante toda la jornada. Aunque dentro del recinto la megafonía no paraba de repetir que no habría sanciones, los que acudieron al Pabellón de la Vall d’Hebron no se fiaban. “El problema lo tendremos cuando volvamos a Ecuador y queramos volver a salir. Entonces nos pedirán el certificado y, como no lo tendremos, nos obligarán a pagar una multa”, comentaba una electora. Mientras, desde la organización, se insistía en que “el Tribunal Supremo Electoral se pronunciará y no sancionará a los que no acudan a las urnas en el extranjero”. Pero nadie se quería arriesgar. La multa era de 8 a 16 euros según la organización. Algunos votantes, sin embargo, apostaban por multas de 100, 300 e incluso 1.000 euros.
La excesiva lentitud con la que actuaban las 32 mesas no ayudó a aligerar la peregrinación. Las juntas tenían que comprobar el padrón, pedir una firma conforme votaban, buscar el certificado personalizado de voto, entregar la papeleta y, finalmente, observar cómo los votantes introducían el voto en la urna.
Otro de los problemas -y de las sorpresas- fue que muchos de los votantes no constaban en el padrón, porque no habían podido registrarte o, simplemente, porque no sabían que tenían que hacerlo previamente. Ausencia de electores en las listas, errores en los nombres de empadronamiento o falta de transparencia fueron otras de las críticas, y muchos de los que acudieron a la cita tuvieron que volver a casa sin su certificado de votación. “Venimos de Santa Bárbara (Montsià), cerca de la frontera con la Comunidad Valenciana, y ahora no podemos votar porque no figuramos en el padrón. Íbamos a votar en blanco porque no creemos en este circo, pero solo nos faltaba esto”, se quejaron tres ecuatorianos antes de emprender, de vuelta, un viaje de 180 kilómetros.

LAS MISMAS ESCENAS
En Madrid, Murcia y Valencia las imágenes se repitieron. Largas colas, muchos nervios -en Murcia se registraron hasta 26 peleas-, lentitud en el proceso y problemas con el padrón. Y la misma consigna: “Es el Tribunal Supremo Electoral quien debe pronunciarse sobre las sanciones en los próximos días”, dijo el cónsul general de Ecuador en Madrid, Leopoldo Rovayo, quien añadió que “no se justificaría una multa por no votar”.
A las cinco de la tarde, se cerraron las puertas del colegio de Barcelona. El persistente mensaje de que no habría sanción no convenció, y las discusiones perduraron un buen rato. La afluencia fue masiva y desbordó a los organizadores. ¿Falta de previsión? “La gente tuvo miedo a la sanción, eso es todo”, apuntaba la organización. Ni una palabra acerca de la importancia de los comicios.

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