El Gobierno de Blair apoya a la azafata sancionada por no quitarse el crucifijo
ABC, 16-10-2006En plena polémica, otro ministro pide la expulsión de la maestra que no renuncia al velo
EMILI J. BLASCO. CORRESPONSAL
LONDRES. El debate sobre el libre uso del velo islámico y las restricciones que en cambio se imponen en ocasiones al crucifijo continuó ayer con fuerza en el Reino Unido. El ministro para Irlanda del Norte, Peter Hain, criticó por «descabellada» la decisión de British Airways de suspender de empleo y sueldo a una azafata que rechazó esconder el crucifijo que llevaba al cuello. El responsable del Gobierno para la convivencia racial y religiosa, Phil Woolas, soliviantó al Consejo Musulmán Británico al pedir que sea expulsada la maestra que se niega a quitarse el velo que cubre su cara cuando da clases de inglés.
La compañía aérea británica confirmó ayer que exige a sus empleados que cualquier símbolo religioso que lleven encima sea ocultado bajo la ropa si esto es posible. Ésa es la razón por la que envió a casa a la empleada de 55 años Nadia Ewaida, una cristiana de rito copto que se negó a esconder el crucifijo que llevaba al cuello. «Nuestra política de uniforme, que se aplica desde hace años, es que los símbolos religiosos pueden llevarse bajo el uniforme. Otros elementos religiosos como turbantes, velos o brazaletes pueden llevarse si no es práctico para el personal situarlos bajo el uniforme», declaró un portavoz.
Desde el Gobierno, Hain se mostró contrariado con esta política: «No la entiendo y creo que nadie la entiende. Ésta es mi opinión», señaló el ministro.
Nadia Eweida, que tiene 55 años y trabaja en los mostradores de facturación de BA en la Terminal 4 del aeropuerto londinense de Heathrow, va a demandar a su empleador por discriminación religiosa.
Plazas para otros credos
En plena polémica, el Gobierno de Blair intenta mejorar la convivencia, y podría anunciar esta semana la obligación de todas las nuevas escuelas que se creen bajo dependencia de entidades religiosas a dedicar un 25 por ciento de sus plazas a alumnos de otros credos.
La Iglesia de Inglaterra ya ha mostrado su disposición a aceptar la medida, pero reclama que también sea atendida por el resto de confesiones, incluida la islámica. De todos modos, es dudoso que padres no musulmanes elijan llevar a sus hijos a centros islámicos, entre otras razones porque una escuela ya ha anunciado que obligará a las alumnas de otras religiones a llevar el velo como uniforme.
El caso de Aishah Azmi, la maestra de 24 años que ha sido retirada temporalmente de una escuela de primaria del norte de Inglaterra debido a que sus alumnos pueden tener problemas al no ver el movimiento de sus labios en las clases de lengua inglesa, ocupó ayer la portada de la prensa británica.
En una entrevista con el Mirror, el secretario de Estado para el Gobierno Local y la Cohesión de Comunidades, responsable de la convivencia racial y religiosa, reclamó que Azmi sea expulsada del todo de la escuela. A las razones pedagógicas de que al llevar el velo completo no puede enseñar bien la pronunciación del inglés, Phil Woolas añadió el de la discriminación sexual, pues Azmi dice estar dispuesta a descubrirse si en el aula no hay ningún profesor de sexo masculino.
La exigencia de Woolas fue considerada como una «extraordinariamente temeraria intervención» por parte del Consejo Musulmán Británico. Esta organización estima, además, que las palabras de Woolas pueden condicionar la decisión del tribunal laboral que debe estudiar el caso de Azmi.
El Consejo Musulmán Británico califica esta reclamación de «temeraria»
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