Te doy papeles, dame votos

Las Provincias, 15-10-2006

La inmigración para el PSOE sólo es un puñado de votos que esperan conseguir con una política demagógica y oportunista que se ha demostrado está basada en la improvisación. Pero la inmigración es más que un fenómeno, como les gusta decir a los socialistas, es un problema, y grande, que es de todos y que hay que afrontar con políticas coherentes, y sobretodo, solidarias y pactadas. Este tipo de políticas son las que se han echado en falta por parte del Gobierno socialista ya que no sólo es que Zapatero y sus “mariachis” hayan “pasado” de consensuar con el PP la política de inmigración, sino que lo han hecho también de los socios europeos, y así se lo han echado en cara en la última cumbre europea.


Es evidente que, uno no puede ir por su cuenta y cuando, a raíz de las decisiones unilaterales que ha tomado, se ha magnificado el problema, intentar trasladarlo a la Unión Europea o a las comunidades autónomas pidiendo entonces solidaridad. No se puede pedir lealtad cuando ni la han tenido, ni la tienen. El efecto llamada de las regulaciones realizadas por el Gobierno de Zapatero es innegable para franceses, alemanes y españoles. ¿Y ahora qué? Ahora anuncian repatriaciones, mano dura, más policía, muros más altos. Esa no es la solución porque quien no tiene nada que perder más que su vida seguirá intentándolo, buscando un paraíso que realmente no existe pero que es mejor que su dura realidad.


¿Se acuerdan nuestros lectores de los demagógicos ataques de los socialistas cuando el PP realizó su Ley de Extranjería? Se nos echaron al cuello con profundas dentelladas sobre la libertad, la solidaridad y ese largo etcétera de palabrería con que se prodigan los socialistas cuando están en la oposición y que olvidan cuando llegan al gobierno. Y es que, en el PSOE son capaces de todo por unos cuantos votos. Incluso de echar las culpas a los demás de su propia incompetencia. Sólo ellos tienen la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad. Los malos siempre son otros.


Señores socialistas, bajen de esa nube zapateril, de ese endiosamiento en el que están embelesados, y practiquen de verdad políticas solidarias, reales y eficaces. Hay que trabajar en los países de origen y aquí también. Hay que luchar contra las mafias con medidas jurídicas y policiales y aplicar políticas sociales para las personas. No lo que hace el señor Moratinos que se ha encontrado con unos millones de euros para repartir como si fuera un rey mago y sin tener una idea clara de qué hacer con ellos.


No quieran, señores del PSOE, utilizar a los inmigrantes también. La política de inmigración no puede reducirse a un “te doy papeles, dame votos” porque luego de los papeles hay que dar trabajo, enseñanza, sanidad y ahí es donde la Generalitat, que está realizando una política solidaria y responsable, se queda sola. La política de inmigración tiene que ser algo más serio que el desbarajuste que con sus decisiones, pensadas más en clave partidista y electoralista, han generado en nuestro país. El Gobierno no puede desentenderse del problema y no impulsar una necesaria política de cooperación en materia presupuestaria y económica, como está haciendo el Gobierno de Zapatero y que contrasta claramente con las políticas solidarias puestas en marcha por el presidente Camps en materia de inmigración al destinar 850 millones de euros posibilitando de forma unilateral el acceso a la educación de casi 72.000 alumnos inmigrantes e invirtiendo 400 millones en garantizar su acceso a la sanidad.


El Gobierno socialista tiene que afrontar las consecuencias de sus políticas irresponsables, sobre todo, cuando lo que hay de por medio son vidas humanas, son personas que necesitan ayuda, compresión y protección. Por eso, no sólo es necesario un cambio de rumbo de la política de inmigración del Gobierno de Zapatero, sino que también es preciso que este Gobierno se implique con las comunidades autónomas con solidaridad y, sobre todo, con financiación, en lugar de trasladarles el problema.

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