«¿Dónde está el gestor? Los trabajadores tienen que cobrar». Al día siguiente del arresto del supuesto gestor de Cártama, en la denominada ‘operación Escama’, una mujer brasileña se presentó en la policía para averiguar qué había pasado con él, y acabó detenida.

La investigación en torno a este hombre ha puesto al descubierto otra trama paralela a la del proceso de regularización de ‘sin papales’. Al parecer, el gestor había subarrendado una de sus empresas a un brasileño al que previamente había ayudado a legalizar su situación por 800 euros.

El inmigrante, que acabó detenido, necesitó esta argucia porque la tarjeta de residencia sólo le permitía trabajar por cuenta ajena. Según declaró el arrestado ante la policía, empezó a trabajar en el sector de la construcción y decidió alquilar la empresa al supuesto gestor, que, según su testimonio, le pidió a cambio un 10% de los beneficios.

Del mismo modo, la policía detuvo a la esposa del inmigrante brasileño – la que se presentó en la policía preguntando por el gestor – ya que figuraba como secretaria. Los agentes arrestaron también al administrador de la sociedad, un marroquí que, verbalmente, manifestó a los funcionarios que no sabía nada y que él sólo firmó unos papeles ante el notario.

Aún hubo tiempo para más. Durante la operación, los agentes encontraron merodeando por la oficina del supuesto gestor a un argentino y a un ecuatoriano que, según fuentes policiales, podrían trabajar para el acusado. Ambos fueron detenidos por estancia ilegal.