Bush hará campaña a favor de los candidatos salpicados por escándalos
La Vanguardia, 14-10-2006Washington. (Efe). – El presidente de EEUU, George W. Bush,
hará campaña la próxima semana a favor de un legislador republicano,
Don Sherwood, que admitió tener una amante, y de un senador, George
Allen, tachado de racista.
Tanto Sherwood como Allen buscan la reelección en las elecciones
legislativas del próximo 7 de noviembre, en las que los republicanos
se juegan el control de las dos cámaras del Congreso.
Bush viajará el próximo jueves a los estados de Pensilvania y a
Virginia para intentar recabar apoyos para estos controvertidos
correligionarios suyos a los que se comprometió a respaldar.
El presidente “va a cumplir su compromiso” de ofrecerles su
apoyo, dijo hoy el portavoz de la Casa Blanca, Tony Snow.
Sherwood admitió que mantuvo una aventura amorosa durante cinco
años con una mujer 35 años más joven, que llegó a denunciarle
porque, según ella, la intentó asfixiar durante un altercado.
El legislador, que admitió la relación pero negó que hubiera
intentado hacerle daño, logró que el caso se zanjara con un acuerdo
extrajudicial con su ex amante.
Pese a ese episodio, Bush apoyará su candidatura porque, tal y
como explicó Snow, “Sherwood admitió lo ocurrido y el presidente
cree que todos somos pecadores y que todos buscamos el perdón”.
Por su parte, el senador Allen ha sido muy criticado en varias
ocasiones por utilizar un lenguaje racista y, más concretamente, por
haber llamado “macaco” a un joven de origen indio que colabora con
su rival.
La Casa Blanca también salió hoy en defensa de la decisión de
Bush de respaldarle porque, tal y como dijo Snow de forma rotunda,
“George Allen no es un fanático. Punto y aparte”.
“El presidente, por supuesto, apoya su candidatura”, subrayó el
portavoz presidencial.
Bush también ha salido en defensa de otro republicano en apuros,
el presidente de la Cámara de Representantes, Dennis Hastert,
afectado por el escándalo sexual protagonizado por el ex legislador
republicano Mark Foley.
Lo hizo ayer en un acto electoral en Chicago donde llegó a
afirmar que para él suponía “un orgullo” estar junto a Hastert,
quien aseguró que continuará como presidente de la Cámara.
Bush ha cerrado filas en torno a él pese a que varios miembros de
su propio partido y grupos conservadores han pedido la renuncia de
Hastert por considerar que no tomó medidas tras saber que Foley, un
legislador homosexual, enviaba mensajes electrónicos a becarios
adolescentes del Congreso con alto contenido sexual.
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