La encuesta que hoy abre la portada de EL MUNDO refleja hasta qué punto la inmigración se ha instalado en el centro de las preocupaciones de los españoles, en parte por la política errónea del Gobierno de Zapatero. Según nuestra encuesta, un 71% de los ciudadanos considera que hay demasiados inmigrantes en España. Esta creencia no es patrimonio de un extremo del arco político: la comparte una mayoría de los votantes del PSOE, del PP y de IU. La insistente llegada de cayucos durante el verano ha disparado las críticas a la política laxa del Ejecutivo y ha endurecido las opiniones sobre las medidas que podrían atajar el problema. Así, el porcentaje de los que piensan que la regularización del ministro Caldera provocó un efecto llamada ha pasado del 70,2% al 74%; y el de los que la consideran negativa, del 53% al 57,4%. La preocupación de los ciudadanos hace que el respaldo a hipótesis tan drásticas como que la Armada intercepte en alta mar a los cayucos y los devuelva a sus países de origen ha crecido desde mayo del 56% al 68%. En cuanto a otras soluciones, la mayoría respalda medidas de puro sentido común, como la creación de una policía europea de fronteras o la esbozada por el PP de prohibir por ley las regularizaciones masivas. No cabe duda de que la coordinación con nuestros socios europeos es imprescindible para afrontar el problema. En este sentido, es muy revelador el informe que hoy publicamos sobre las políticas migratorias de los países de nuestro entorno. Si en España basta con dos años de arraigo para acceder al permiso de residencia, en Francia son necesarios 10 años – 15 para los estudiantes – y en países como Alemania es una hipótesis que no se contempla. Este análisis comparado debería hacer reflexionar al Gobierno a la hora de redactar un pacto de Estado que sólo será creíble si incluye al PP.