Almunia cree que la inmigración no es la solución para el envejecimiento

El Mundo, 13-10-2006

El envejecimiento de Europa se está convirtiendo en uno de los riesgos más serios para la estabilidad de las cuentas públicas de los Veinticinco. Bruselas advierte a España, un país con «riesgo medio» gracias a su buena situación presupuestaria actual, que la alta tasa de natalidad de los inmigrantes puede tener «un impacto negativo a largo plazo». Las previsiones para España no dejan margen al optimismo: se espera que la tasa de dependencia aumente del 25% en 2004 al 66% en 2050, el mayor incremento de la Unión Europea.


Según explicaba ayer el comisario de Economía, Joaquín Almunia, los efectos positivos de la inmigración en la evolución demográfica es algo «transitorio» y lo que a corto plazo puede parecer un freno en la tendencia natural al envejecimiento de un país, «puede tener un impacto negativo» sobre la estructura de la población y el presupuesto. «No digo que la inmigración empeore la tendencia», aclaraba, «sólo que no es la solución».


Almunia reconoció que la mayoría de los inmigrantes que llegan a España son jóvenes y tienen más hijos que los españoles, lo cual supone, a corto plazo, una mejora en la situación demográfica, que en España se caracteriza por una de las tasas de natalidad más bajas de toda la Unión Europea.


Efectos


Sin embargo, la inmigración no puede verse, en su opinión, como una solución ya que el efecto puede ser negativo, bien porque decidan retornar a su país de origen o porque pasen a engrosar el colectivo de pensionistas. Además, aunque la tasa de fertilidad de las mujeres inmigrantes suele ser mayor que la del país receptor con el tiempo, acaba acercándose a ésta.


En la presentación de sendos sendos informes sobre el envejecimiento de la población y el impacto en las finanzas públicas el comisario de Asuntos Económicos situó a España en el medio de la horquilla, junto con los países considerados con «riesgo medio». Porque, aunque el gasto relacionado con las personas mayores va a aumentar 8,5 puntos porcentuales del Producto Interior Bruto (PIB) hasta 2050 – una de las cifras más altas de la UE – se va ver compensado por la buena situación presupuestaria que está teniendo ahora.


A pesar de todo, Bruselas advierte a España que no se duerma en los laureles y que continúe con las reformas necesarias, aumentando las tasas de empleo y reformando los sistemas de pensiones, ya que el crecimiento económico se irá ralentizando. Según los cálculos de la Comisión Europea, la economía española crecerá a un ritmo del 3% entre 2004 y 2010, al 2% entre 2011 y 2030, y al 0,6% del 2031 al 2050, debido precisamente al envejecimiento de la población.

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