MARCO SCHWARTZ
DAKAR ENVIADO ESPECIAL

España no logró arrancar ayer a Senegal la firma de un acuerdo de inmigración de segunda generación similar a los que suscribió la víspera con Guinea Conakry y Gambia. El ministro de Asuntos Exteriores senegalés, Tidiane Gadio, afirmó que el convenio, con el que Madrid pretende vincular las ayudas al desarrollo a la lucha contra la inmigración ilegal, se firmará a finales de este año o principios del próximo.
Gadio, sin embargo, rehusó estampar su firma en un memorando de compromiso que con esa finalidad le presentó su homólogo español, Miguel Ángel Moratinos, con el argumento de que la colaboración que brinda ya su país en repatriaciones y control de fronteras va “mucho más lejos” de lo que está recogido en el texto.
En su lugar, los dos ministros sellaron un acuerdo de cooperación, por medio del cual España triplicará sus ayudas a Senegal hasta los 15 millones de euros anuales, sin contraprestaciones en materia de inmigración. También acordaron la creación de una “ventanilla” en el país para que empresas españolas puedan contratar de modo legal trabajadores de ese país. Moratinos afirmó que el número de beneficiarios será “significativo”, porque España, afirmó el ministro, “necesita mano de obra senegalesa”. Dicho mecanismo de contratación en origen es uno de los numerosos puntos contemplados en los acuerdos de segunda generación.

INMIGRACIÓN ILEGAL
Moratinos, que concluyó una visita de dos días a África, elogió la colaboración de Senegal en la lucha contra la inmigración ilegal. Este país es hoy el principal trampolín de inmigrantes ilegales que viajan a Canarias. Alrededor del 60% de los sin papeles retenidos en centros de internamiento en las islas son senegaleses. Los vuelos de repatriación al país africano son constantes, según indicaron fuentes de Exteriores.