Desaparecidos en combate
Las Provincias, 10-10-2006COLECTIVO ÁGORA (*)
La pregunta que en este momento nos estamos haciendo un número importante de ciudadanos españoles es la siguiente: ¿dónde están el ministro Caldera y la ministra Trujillo?
Los que estaban llamados al estrellato político en el partido socialista, resulta que ahora ni están ni se les espera. El ministro y la ministra que irrumpieron en el gobierno de Zapatero con gran fuerza, el tiempo los ha deshinchado. Las miradas de los comentaristas políticos, y los militantes del propio partido tenían a estos dos ministros como referencias ideológicas de un socialismo que podemos llamar como socialismo castizo. Una referencia en el partido que ha durado hasta que han comenzado a hablar.
La ministra Trujillo fue elevada al Ministerio de la Vivienda, en una apuesta personal del presidente Zapatero para atajar con fuerza los problemas que rodean al mundo de los ladrillos. Desde el principio fue un Ministerio ficticio y todos interpretamos que su creación constituía más un gesto político que otra cosa. El presidente Zapatero con la creación de este Ministerio quería trasladar a la opinión pública su preocupación por la vivienda y su voluntad para solucionar los problemas. Pero este impulso que el propio Zapatero quería dar a este sector pronto se vio relegado por el gran protagonismo de la ministra, que con sus genialidades y sus propuestas acaparó el interés mediático como actora principal de las políticas del partido socialista. La ministra Trujillo triunfó, y sus declaraciones, sus propuestas y sus planes tuvieron un gran impacto y repercusión en la sociedad española. La que estaba llamada a suceder al extremeño Rodríguez Ibarra logró un gran triunfo. Lástima que su triunfo fuera consecuencia del disparate.
Las soluciones habitacionales de la ministra fueron el hazmerreír de la inmensa mayoría de los ciudadanos españoles. No queremos hablar del precio de la vivienda y todos los comentarios realizados al respecto.
Todo lo que ha rodeado a este Ministerio ha sido chistoso y una cosa tan seria como es la vivienda se ha convertido en tema de sumo interés para la chirigotas de Cádiz. Y como el triunfo siempre pasa factura, el precio que la ministra ha tenido que pagar es el silencio. Meses y meses llevamos sin oír hablar a la ministra.
La apuesta personal de Zapatero le ha sentado como un tiro, y por eso hoy la ministra Trujillo se encuentra desaparecida en combate, en el congelador, esperando obtener por el cupo de las mujeres algún sillón en el Congreso de los Diputados.
¡Y qué me dicen ustedes del otro ministro desaparecido: el ministro Caldera! Ese gran ministro que día sí y día no salía en televisión anunciándonos la gran revolución social que iba a emprender su departamento. Hombre de absoluta confianza del presidente Zapatero y mano izquierda de su Gobierno, el ministro Caldera estaba llamado a ser una de las personas claves en ese proceso de cambio de valores sociales que el Partido Socialista se ha empecinado en realizar.
Pues bien: el proceso de regularización de la inmigración en España, el conocido popularmente como
papeles para todos
, ha dejado manco del brazo izquierdo al Gobierno y ha dejado al pobre Caldera en situación de desaparecido en combate.
De estar presente en todos los jolgorios, de ser el centro de la reunión, ha pasado a estar calladito y hacer mutis por el foro. El problema de la inmigración generado por el ministro Caldera y por Zapatero es de tal envergadura que ha traspasado el debate nacional. No sólo las consecuencias de la política de inmigración están afectando directamente a España y a los españoles, sino que también esta afectando a los países de la Unión Europea que ven en nuestras políticas amenazas importantes para la convivencia y desarrollo sostenible y equilibrado del proyecto europeo.
Por ello, el silencio de Caldera no es más que un reconocimiento explícito del error que han cometido. Una realidad que de manera tozuda está siendo reconocida por el propio Partido Socialista, pero cuyas consecuencias son ya muy difíciles de paliar.
De esta manera, a la lista de otros ministros desaparecidos, recordamos a un tal Moratinos, se suman las de otros dos más. Poco a poco la luz de Zapatero, reflejo de las luces de sus ministros, se van apagando. Si esto sigue así, pronto no va a quedar ni la sombra. Todos desaparecidos en combate, eso sí, en un combate democrático: el combate de las urnas.
- El Colectivo Ágora está integrado por un grupo de profesionales de la sanidad, entre los que se encuentran
M. Sancho
, médico;
I. Gómez
, farmacéutica;
D. Prunés
, enfermera;
R. Molina
, médico;
C. Blasco
, enfermera;
A. Villanueva
, farmacéutico;
C. Nebot
, médico, y otros.
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