El PP insiste en que el PSOE quiere «callarlo» con su propuesta de pacto sobre inmigración
ABC, 10-10-2006C.H.
MADRID. El pacto sobre inmigración entre los dos grandes partidos seguía ayer más lejos que cerca de hacerse realidad. El secretario general del PP, Ángel Acebes, recordó que su partido ha preparado un centenar de propuestas que constituyen, a su juicio, «un plan completo de Gobierno», que volvió a poner a disposición del presidente Zapatero. «Que coja las medidas y comience a gobernar», le animó.
No quedaron dudas de que, por el momento, el PP no va a aceptar la propuesta de pacto del PSOE, que Acebes interpreta como una estrategia de los socialistas para intentar «callar» a los populares ante la crisis de la inmigración que está atravesando el Gobierno. Para enfatizar su falta de confianza en el pacto, Acebes recordó que el PSOE ha dejado de «cumplir» en esta legislatura pactos como el de la Transición, el antiterrorista, el de política internacional o el que se logró en 2003 relacionado con la inmigración.
«Están con el agua al cuello»
«Y ahora que están con el agua al cuello, quieren un pacto», subrayó Acebes, que insistió en que si Rodríguez Zapatero pretende resolver «de verdad» la crisis de la inmigración ilegal ahora tiene a su disposición «un programa de Gobierno de la «A a la Z»» que le ofrece el principal partido de la oposición. «Como ellos tienen una responsabilidad de Gobierno, que lo apliquen y que le den la vuelta a la situación», apostilló.
En Barcelona, la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, recordó en una conferencia que esta semana iniciaría una ronda de contactos con los partidos para «abordar conjuntamente el fenómeno de la inmigración». De la Vega subrayó que para abordar este fenómeno es necesario el acuerdo y la cooperación de los actores políticos, por lo que hizo un llamamiento a la responsabilidad para poder llegar a ese pacto.
La vicepresidenta, sin embargo, optó por criticar al PP y comentó que «el ruido ambiental no es un buen consejero de la capacidad reflexiva». «Hay quienes han convertido en su pauta y estrategia la política del ruido, que pretende sustituir el debate sereno por una escenificación y una gesticulación tan frenética como vacía de contenido», aseguró.
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