bruselas. Los socialistas flamencos (SP.A) lograron evitar un nuevo domingo negro en Bélgica, al contener en Amberes a la extrema derecha separatista, que volvió no obstante a conquistar votos en los pueblos en las elecciones locales celebradas el pasado fin de semana.

Por decimotercera vez consecutiva, los extremistas del Vlaams Belang (Interés Flamenco, VB), un partido que promueve la independencia de Flandes y la integración forzosa de los extranjeros o la expulsión, registró un aumento del 4,9% de los votos a nivel regional.

Este aumento se explica sobre todo por el hecho de que, en comparación con los pasados comicios locales de 2000, el VB se presentó en esta ocasión en muchos más municipios flamencos.

El avance, que lo consolida como tercer partido de Flandes en las municipales (por detrás de la derecha democristiana y de los liberales) tuvo, no obstante, un carácter ambiguo, porque el VB se estancó por primera vez en las ciudades, sobre todo en Amberes, considerado su bastión, y en Gante, donde perdió un 1,5%.

Los ultraderechistas tampoco lograron ninguna mayoría absoluta que les permita sortear el cordón sanitario como se conoce a la alianza de todos los partidos democráticos en su contra.

El triunfador en Amberes, la gran metrópoli portuaria en el norte del país en la frontera con Holanda, fue el actual alcalde, el socialista Patrick Janssens, que ha conducido a su partido al 35,3% de los votos (tuvo 19,5% en las anteriores elecciones locales).

Como había prometido, Janssens terminó convirtiéndose en “la peor pesadilla para Dewinter”, el candidato de la VB en Amberes y carismático líder de la extrema derecha.

A pesar de que el VB no logró ninguna mayoría absoluta en los nueve distritos de Amberes, está por ver si los demás partidos siguen dispuestos a unir las fuerzas, desde la derecha hasta la extrema izquierda, para impedir que los ultras gobiernen.

En Bruselas, el actual alcalde de la ciudad, el socialista francófono Freddy Thielemans, logró también una amplia mayoría.

En el sur, sin embargo, los socialistas del PS encajaron el castigo de los electores por los escándalos de corrupción y favoritismo que han salpicado la crónica política de los últimos meses, sobre todo en la antigua ciudad minera de Charleroi.

Además del avance de la extrema derecha, otra tendencia de las elecciones municipales es la resurrección de la oposición cristianodemócrata del CD&V; en Flandes. >efe