Los ultras belgas avanzan pero no arrasan

Los ultras belgas avanzan pero no arrasan

La Vanguardia, 09-10-2006

FERNANDO GARCÍA – Corresponsal BRUSELAS

Una cuarta parte de Flandes y un tercio de Amberes votaron por el racista Vlaams Belang
Alrededor de una cuarta parte de los votantes de la rica región de Flandes y un tercio de la próspera ciudad de Amberes se pronunciaron en las municipales de ayer en Bélgica a favor de expulsar, excluir o privar de derechos a los inmigrantes no europeos, y más en concreto a los musulmanes, principal designio de los racistas de extrema derecha del Vlaams Belang (VB) o Interés Flamenco.

Según los tardíos datos oficiales, la organización liderada por el declarado xenófobo Filip Dewinter mejoró sus buenos resultados de las locales de 2000, aunque las estimaciones que podían hacerse anoche a partir de la informaciones disponibles apuntaban asimismo un cierto estancamiento con respecto a las regionales del 2004 (24,15%). Y, sobre todo, un importante frenazo en Amberes.

El avance ultra se extendió a ciertas comunas de Valonia, en este caso de la mano del Frente Nacional. Los liberales flamencos del primer ministro Guy Verhofstadt (VLD) sufrieron un retroceso directamente proporcional al avance de los democristianos de la CDV. Y los socialistas, que también forman parte del Ejecutivo federal en coalición con los liberales, encajaron un castigo menor del temido por los recientes escándalos de corrupción en Valonia. El jefe de Gobierno queda en una situación apurada cuando faltan sólo siete meses para las elecciones legislativas.

Los votantes de la capital de Flandes, la emblemática gran ciudad de Amberes, frenaron allí a los ultras. La lista del VB, encabezada precisamente por el líder Dewinter, obtuvo un 33,5% resultado ligeramente superior al 33% que logró hace seis años. Y lo que es tanto o más importante, el muy popular alcalde socialista Patrick Janssens vio disparado el apoyo a su candidatura y sus progresistas propuestas de integración al pasar del 19,5% del año 2000 al 35,3% y dejar muy atrás, por tanto, a Dewinter.

Por lo demás, los resultados en el conjunto de Flandes arrojaron una apreciable progresión del Vlaams Belang en la inmensa mayoría de ciudades, grandes y pequeñas, aunque muy por debajo de lo esperado y temido en función de los alarmantes datos de las encuestas. Varios sondeos pronosticaron que el VB alcanzaría el 40% en muchas comunas.

Un ejemplo de esa más moderada aunque no desdeñable evolución de los ultras fue lo ocurrido en el acomodado municipio de Schoten, en los alrededores de Amberes, donde la cabeza de lista del VB y ex miss Flandes, Marie-Rose Morel, ganó sin sorpresa los comicios, pero sólo con un 34,7% de los votos frente al cuarenta y pico que le habían prometido los sondeos. Con todo, su resultado representa un alza de más de diez puntos sobre el conseguido en el 2000, cuando el entonces llamado Vlaams Blok – ilegalizado por racista- ganó allí sin holguras. Ni aquélla ni ninguna otra de las victorias que el VB logró entonces le sirvió para conquistar la correspondiente alcaldía, pues para impedir tal cosa los partidos democráticos impusieron en 1994 un cordón sanitario contra los ultras. El alcalde democristiano de Schoten, Harrie Hendrix, reafirmado por un 34% que dispara la representación de su partido hasta igualarla con la del VB (12 concejales cada uno), aseguró ayer que no pactará con los ultras ni permitirá una ruptura del cordón sanitario.Toda una señal.

En Mechelen, otro bastión del Vlaams Belang, los representantes del partido xenófobo se quedaron estancados tanto en porcentaje de votos (26%) como en asientos en el gobierno municipal (once), con la particularidad de que esta vez fueron ampliamente superados por los liberales (31%). En el importante municipio de Aalst, en cambio, los ultras ganaron los comicios al ver notablemente incrementado su índice de voto (del 14% al 23%) y duplicado su número de representantes (de 5 a 10) en perjuicio, sobre todo, de los liberales del VLD, que pasaron de 14 a 8 concejales.

Gante, la segunda ciudad de Flandes, arrojó resultados atípicos. Según datos casi definitivos, los socialistas del Sp. a Spirit (32%) podían ya celebrar la victoria, mientras que el Vlaams Belang afrontaba una pérdida de votos cercana al 2%. Los liberales se mantienen por poco, y los democristianos retroceden. Exactamente todo lo contrario a lo sucedido en el resto de la región flamenca.

El avance del VB fue con todo real y hasta apreciable – con avances del 6% al 8% como promedio-, pero no tanto como para justificar el triunfalismo de sus dirigentes; sobre todo el de su presidente, Frank Vanhecke, que no esperó al final del escrutinio para proclamar que eran “los grandes vencedores de las elecciones, por decimotercera vez”.

En clave nacional, los comicios depararon un enorme varapalo al primer ministro, el flamenco Guy Verhofstadt, cuyo partido (VLD) es sin duda el gran perdedor de los comicios. Después de una campaña poco halagüeña en la que de todos lados le llovieron acusaciones de debilidad frente a sus socios de gobierno francófonos, los votantes le negaron ayer el pan y la sal a lo largo y ancho de Flandes. El VLD cedió terreno ante todos los demás: nacionalistas e independentistas, extrema derecha y, en particular, ante la triunfante formación de los democristianos flamencos, CDV. “Parece que hemos ganado”, dijo su líder, el presidente regional Yves Leterme. El notable avance de su partido, que no forma parte de la coalición del Gobierno federal (liberalsocialista), resulta especialmente significativo y se ha de tener en cuenta con vistas a las legislativas de la primavera. En todo caso, es seguro que el revés sufrido por Verhofstadt le complicará los siete meses que quedan de legislatura.

También los socialistas de Valonia sufrieron importantes daños. La pérdida de la mayoría absoluta en la ciudad industrial de Charleroi y una considerable caída en la capital de la región, Namur, son los principales exponentes de esa derrota. Quizá porque el resultado fue no obstante menos malo de lo esperado, el líder de la formación, Elio Di Rupo, aseguró que el PS sale “reforzado” de estas elecciones. Y aseguró que los socialistas habían conseguido duplicar su representación en la región de Bruselas.

La subida del Vlaams Belang se vio acompañada por un alza importante del Frente Nacional, su equivalente en Valonia; sobre todo en las zonas más desindustrializadas. La progresión fue en algunos casos espectacular, como en el municipio de Fleurus, donde las ultraderecha francófona arrancó más de un 9,% de los votos frente a un porcentaje insignificante en la cita del 2000.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)