Los inmigrantes palian la caída de afiliación agraria a la Seguridad Social

La falta de mano de obra nacional obliga a contratar a empleados foráneos, que provienen principalmente de Marruecos, Ecuador, Rumanía y Ucrania Asaja alerta del cierre de explotaciones ganaderas por falta de trabajadores

Diario Sur, 09-10-2006

ANTONIO M. ROMERO/MÁLAGA
El campo malagueño es una torre de Babel en la que se mezclan la lenguas de los más diversos rincones del mundo. La falta de mano de obra nacional ha obligado a los empresarios agrícolas de Málaga a contratar trabajadores en otros países, tanto de la Unión Europea como del resto del mundo. Unos empleados que han paliado, en cierta medida, la caída de afiliación al régimen agrario de la Seguridad Social que se ha producido en la provincia en los últimos años.

Desde 2000 hasta el 31 de agosto de 2006, las afiliaciones a dicho régimen han descendido en 11.026 trabajadores (se ha pasado de 50.441 a 39.415), según los datos oficiales de la Seguridad Social. En el mismo periodo, los extranjeros inscritos en el régimen agrario han pasado de 501 a 1.308.

De ellos, el mayor porcentaje – 87 por ciento – corresponde a trabajadores oriundos de países que no pertenecen a la Unión Europea (UE). Los trabajadores más numerosos (484) provienen de Marruecos, seguidos de los llegados de Ecuador (127), Rumanía (92) y Ucrania (63). El 13 por ciento restante, 170 afiliados, son originarios de países de la UE, entre ellos, los más numerosos son los nacionales del Reino Unido (33), Alemania (31) y Polonia (28), según las informaciones de la Seguridad Social.

Las organizaciones agrarias Asaja y la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) coinciden en señalar que la falta de mano de obra nacional es la principal causa que ha obligado a los empresarios agrícolas a recurrir a los trabajadores foráneos. «La gente de aquí no quiere trabajar en el campo», señaló el técnico de UPA Juan Rogelio Rosado. «Los trabajadores españoles prefieren irse a la construcción o los servicios porque tienen unos sueldos más elevados y, cuando se jubilen, tendrán una pensión más alta», afirmó el secretario provincial de Asaja, Carlos Blázquez.

Abandono

La recogida de cítricos, el aguacate y la aceituna son las principales actividades en las que participan estos trabajadores extranjeros. «Cuando llevan algún tiempo trabajando y empiezan a conocer el idioma, abandonan el campo y se van a otras actividades o provincias», manifestó Blázquez. A ello se une, según Rosado, que cuando se regulariza la situación de alguno de estos inmigrantes «abandonan el campo sin decir ni adiós».

Las organizaciones agrarias están preocupadas por esta situación y reclaman a las administraciones competentes medidas que permitan fidelizar a los empleados al campo.

Si la situación en la agricultura es difícil aún lo es más en la ganadería. Asaja alertó de que se están cerrando explotaciones ganaderas de caprino y ovino en Málaga por falta de mano de obra. «En el campo la cualificación es menor y sólo hace falta muchas ganas de trabajar. Además, si un día no se puede ir a recoger aceituna por falta de mano de obra, se va al día siguiente. Sin embargo, en la ganadería se necesita un mayor conocimiento y además las actividades que hay que realizar no se pueden posponer de un día para otro. La ganadería es muy sacrificada porque no entiende de fines de semana ni de días de fiesta», comentó Blázquez, quien calificó de «mala racha» la que se está viviendo en este sector.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)