La democracia belga no logra contener el ascenso de la ultraderecha nacionalista flamenca
ABC, 09-10-2006El «terror negro» mantiene con ligeras pérdidas sus resultados en Amberes, donde no logra la alcaldía
ENRIQUE SERBETO. CORRESPONSAL
BRUSELAS. Como siempre sucede en Bélgica, los más negros presagios se cumplen pero con moderación. La ultraderecha nacionalista flamenca avanza según los primeros resultados provisionales de las elecciones municipales y provinciales celebradas ayer, que también confirman la caída del Partido Liberal del primer ministro, Guy Verhofstadt, y sus aliados socialistas valones.
En efecto, el «terror negro» como lo denominaban ayer en algunos programas de televisión dedicados a la jornada electoral, ha mantenido con ligeras pérdidas sus resultados en la ciudad de Amberes, donde sigue siendo la primera fuerza aunque con el escenario de «todos contra el Vlaams Belang» (VB) que les seguirá situando en la oposición. El «cordón sanitario» que los demócratas tejen para evitar que el VB llegue al poder no ha servido de gran cosa y cada vez podría ser más complicado mantener esa inestable coalición en la que tienen que convivir desde la extrema izquierda hasta la derecha civilizada.
Los nacionalistas – que han sido perseguidos judicialmente por sus inclinaciones racistas – también han mejorado sus resultados en la zona rural de Flandes que rodea a la segunda ciudad del país. El Frente Nacional, la versión valona del VB, ha recogido menos del 15 por ciento de los votos, pero está lejos de desaparecer.
Para redondear los malos augurios, los liberales flamencos del VLD que lidera el primer ministro, Guy Verhofstadt, han perdido un 7 por ciento de media en los primeros municipios donde se completó el recuento. Sus aliados socialistas valones han sido castigados por sus continuos escándalos de corrupción y aunque el correctivo ha sido más suave de lo esperado, anoche confiaban en mantener el control de Charleroi, Namur y Mons.
En Bélgica el voto es obligatorio para los siete millones y medio de electores y en buena parte del país, empezando por la ciudad de Bruselas, se ha estrenado un sistema electrónico de voto. Por primera vez, la gestión del proceso electoral ha estado en manos de los gobiernos regionales y no del Ejecutivo central.
Los grandes beneficiados de esta elección han sido los cristianodemócratas CD&V y socialistas flamencos, mientras que en las regiones valonas y Bruselas mejoran los reformistas y el Centro Democrático Humanista.
Esta ha sido la primera vez que han votado también los extranjeros no europeos que residen legalmente, pero también la primera vez en la que la presencia de mujeres cubiertas con pañuelo islámico ha causado problemas, puesto que la ley prohibe la exhibición de símbolos políticos o religiosos.
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